Juan José Garrido,La opinión del director
La República de Macedonia es un Estado situado en la Península Balcánica que limita con Grecia, Serbia, Bulgaria y Albania. Cuenta con una población cercana a los dos millones de habitantes y un Producto Bruto cercano a los US$22,800 millones (en paridad adquisitiva), con lo cual se obtiene un PBI por persona de US$10,700.
Macedonia es del tamaño de Cerro de Pasco, unos 25,000 kilómetros cuadrados. Al igual que Cerro de Pasco, su geografía es mediterránea y montañosa, aunque más verde por sus valles y lagunas. Pero hasta ahí nomás llegan las similitudes.
Hace 60 años, Macedonia era uno de los Estados constituyentes de la República Federal Socialista de Yugoslavia, de la que se independizó recién en 1991. Los ingresos por persona eran, en 1950, US$2,041; los peruanos, en 1950, teníamos ingresos por persona de US$3,487 (70% mayores). Pero la historia, como ya sabemos, fue distinta, pese a que los macedonios sufrieron los embates del cruel y empobrecido socialismo europeo. Hoy, sus ingresos superan a los nuestros en 15% (nuestro PBI per cápita es US$9,270).
No es una diferencia notable, pero lo será en el futuro cercano por una sencilla razón: su perfil de competitividad.
Acabé en la República de Macedonia partiendo de una pregunta muy sencilla: siendo nuestra precariedad institucional la gran restricción al desarrollo, ¿cuál es el país que ha logrado las mayores mejoras institucionales? Utilicé como base de datos el índice de competitividad del Foro Económico Mundial. De los más de 150 países listados desde el 2006 hasta el 2014, solo 116 mantenían data relevante para el estudio. De ellos, Macedonia fue la economía que dio el gran salto institucional: pasó del puesto 103 al 45; léase, subió 58 puestos en dicho plazo. Perú, en el mismo lapso, pasó del puesto 96 al 118 (¡descendimos 22 puestos!). Solo para entender nuestra situación: en el mismo lapso de tiempo, Bolivia ha mejorado 28 puestos.
Macedonia se ubica en el puesto 63 sobre 144 países en el índice de competitividad; Perú se ubica en el 65. A simple vista podríamos creer que somos parecidos, pero no lo somos. Perú se ubica en el puesto 21 en ambiente macroeconómico y Macedonia en el 55; en infraestructura estamos en situaciones parecidas (Perú en el puesto 88 y Macedonia en el 82), y no muy distintos en salud y educación (Perú en el puesto 94 y Macedonia en el 78).
No obstante, al mirar al interior de las más de 120 variables saltan las diferencias para enfrentar el futuro. Macedonia ha trabajo duro en mejorar su ambiente de negocios, tanto en las bases estructurales como en lo estrictamente económico. Acompañados del Banco Mundial, en un proyecto llamado BERIS (por las siglas en inglés), Macedonia ha logrado introducirse entre los mejores países del mundo respecto a la actitud y comportamiento del Estado y la actividad pública frente a la actividad privada: respeto a la propiedad, acceso a procesos transparentes, una administración de justicia honesta y predecible, y, sobre todo, baja regulación gubernamental (puesto 27 frente al 127 de Perú).
El proyecto BERIS está dirigido a facilitar el hacer y cerrar negocios (tres procedimientos y dos días para empezar un negocio; Perú: cinco procedimientos y 25 días, lo cual nos pone en el puesto 101), bajas regulaciones laborales (puesto 27 en prácticas para contratar y despedir; Perú está en el puesto 130), bajos impuestos (tasa tributaria de 8%, con lo cual se sitúa en el primer puesto a nivel mundial; Perú tiene 36.4% y se sitúa en el puesto 66).
Sin embargo, dichas reformas no han terminado en lo económico e institucional. Macedonia está reformando radicalmente su sistema educativo: ya está en el puesto 53 en calidad educativa, en el puesto 56 en educación primaria y en el puesto 48 en matemáticas y ciencias (Perú en los puestos 134, 136 y 139, respectivamente).
Macedonia venía creciendo a un promedio de 6% antes de la crisis del 2008; como sabemos, toda esa zona europea sufrió la crisis en mayor medida. Después, su tasa ha sufrido vaivenes, y este año se calcula en un 3.5% muy cercano a la peruana; la diferencia es que ellos están reformando, están en una senda creciente y, lo mejor de todo, se preparan para formar parte de la Unión Europea, hecho que sin duda los hará dar el salto que esperan.
Como podemos ver, nuestro “envidiable” ambiente macroeconómico no basta; sin reformas reales –impopulares y duras, por cierto– seguiremos siendo el país con el súper ambiente macroeconómico que no supo reinventarse para enfrentar el siglo XXI. Pero, como siempre decimos, hay tiempo para hacer lo que debemos.
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