Santiago Pedraglio,Opina.21
spedraglio@peru21.com
Por lo tanto, se sostiene que sería bueno recentralizar todo esto para darle un nuevo impulso al gasto fiscal y a la economía del país.
Pues bien, resulta que, si se toma como parámetro el gasto en inversiones hasta octubre del 2012, el gobierno nacional es el que menos ha gastado. Ese tonito de mofa con que funcionarios del MEF y de otros ministerios se refieren a los gobiernos subnacionales van a tener que ir suprimiéndolo. El gobierno nacional ha usado 44% del gasto de inversión; los gobiernos locales, 47%, y los regionales, 50%. Si bien hay retrasos en los tres niveles, resulta paradójico que esto ocurra con mayor gravedad en el gobierno nacional, asentado en Lima y teniendo a la mano todos los contactos para tomar decisiones al más alto nivel. Ya no se puede argumentar que el gobierno se está instalando. Además, en junio de este año se dictó el DU 016, que afirma que es necesario “dictar medidas extraordinarias y urgentes de carácter económico y financiero, para mantener y promover el dinamismo de la economía nacional” (a diferencia del decreto 012 del 2011, que frenaba la inversión). El propósito del decreto 016 no solo se está incumpliendo, sino que se corre el riesgo de que el gobierno nacional gaste un porcentaje menor que el del año pasado (ver Grupo Propuesta Ciudadana, enero del 2012). La responsabilidad central recae en el MEF, que sigue funcionando como si fuera solo un ministerio de hacienda, casi como un cajero de barrio y amarrete, y no como el director de orquesta de una economía nacional, que tiene que gastar más y mejor, que debe promover las relaciones intergubernamentales y que tendría que demostrar –porque es la medalla que se ha autoimpuesto– que posee a los funcionarios mejor calificados del Estado peruano.
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