Juan Pablo Zolezzi es un publicista y un especialista en marketing que, un día, enamorado del paisaje de Lunahuaná, decidió darle un giro a su vida. Renunció a su trabajo –una gerencia muy bien remunerada– y se fue hasta Catapalla (kilómetro 45 de la carretera a Lunahuaná), compró una vieja hacienda (casona incluida) y, allí, respetando el nombre original del lugar, instaló La Confianza, un hotel donde la vida es más tranquila (y más sabrosa).
Conocidas son las bondades del lugar: bello paisaje, un río lleno de camarones (estos días en veda) donde es posible hacer canotaje, cerros empinados para hacer andinismo, ciclismo o caminar.
Nosotros, más golosos que deportistas, nos fuimos a descansar y a comer. Kristel Chuquispuma, la experta cocinera de La Confianza, nos engrió con un muy respetable cebiche de trucha, con un sabroso lomo en queso de albahaca, una trucha marocoto (deben patentar la salsa) y un pollo a la pimienta molle. Por la noche, Juan Pablo preparó una parrillada al estilo argentino. Por ella, por los camarones y la buena onda, prometemos volver (ah, y por el pisco).
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