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Fernando Savater: “América Latina necesita líderes y no caudillos”

Invitado especial al “Hay Festival de Arequipa”, Fernando Savater, el filósofo y escritor español, habló sobre política, internet y el desamparo amoroso en el que sobrevive tras la muerte de su esposa Sara Torres.

Fernando Savater: “América Latina necesita líderes y no caudillos” (Milagros Herrera)
Fernando Savater: “América Latina necesita líderes y no caudillos” (Milagros Herrera)

Fernando Savater es hoy un hombre devastado, mutilado, tristísimo. A pesar del dolor por la pérdida de su compañera ,el filósofo, de caminar pausado y sonrisa cálida, sostiene que políticos somos todos, y que en una democracia hay que estar en política, y participar de diversas maneras. Por ello, a los 68 años de edad, se postula al senado de España por el Partido Unión Progreso y Democracia (UPyD). No es un salto a la política. Él siempre ha estado allí.

[Filósofo Fernando Savater estuvo en la mira de ETA]

¿Qué lo animó a dar este paso?
-Yo siempre he estado en la política. He pasado a ofrecerme a un partido que fundé con otras personas hace ocho años. El motivo ha sido reforzar un partido en el que creo y que ha sido injustamente postergado.

¿España tiene salida?
-Todo tiene salida, pero hay un escenario: o dejamos que las cosas pasen y no cambien, o las cambiamos. Las cosas tienen la salida que queremos darle.

La España dividida es una utopía o es algo ya inevitable.
-La España dividida es un intento. Hay mucha gente empeñada en romper un estado de derecho que ha costado, una democracia que hemos luchado mucho. Por el gusto de unos corruptos y fanáticos enfrentamos esta situación que es uno de los grandes problemas del país. Espero que poco a poco se resuelva.

¿Cuál es su opinión sobre la democracia en América Latina?
-Algunos países están mejor y otros peor. Ojalá que Venezuela alcance un cambio real, ya que de todos es el peor. Afortunadamente Argentina tuvo un cambio, el cual espero que sea realmente positivo.

¿Pierde terreno la izquierda en la región?
-Cierto tipo de izquierda sí. La izquierda populista que es una izquierda discutible porque es la burocracia de los ignorantes lo está perdiendo. Yo espero que surja una izquierda parlamentaria e ilustrada que hay ya en países como Chile, donde se nota una vocación de transformar.

¿Hugo Chávez le hizo mucho daño a la democracia en la región?
-Chávez denunció problemas auténticos y ofreció soluciones falsas. Lo que él denunciaba era razonable, pero lo que ofreció fue nefasto. El personalismo de Chávez ha sido muy negativo. América Latina necesita líderes y no caudillos. Los caudillos son negativos. El caudillismo ha estado instalado por décadas, pero yo quiero pensar que los dinosaurios como Fidel Castro y más desaparezcan. Espero que aparezcan políticos del siglo XXI.


En “Figuraciones mías”, usted relata su amor por París, una ciudad que hoy está bajo amenaza. ¿Qué reflexión le deja lo ocurrido?
-No he vuelto desde los atentados. Es una ciudad que amo. He estado muchas veces, por trabajo, y por puras ganas de pasear. Cuando no tenía obligaciones iba con mi mujer y conozco bien todos los barrios. Me resulta difícil imaginarla hoy como una ciudad con miedo y tomada por la policía. Hay que luchar contra el terrorismo, y contra este odio.

Usted ha dicho que es difícil definir al Estado Islámico.
-Estos movimientos nos plantean preguntas casi metafìsicas para saber si son de derecha o de izquierda. Es muy difícil de definir una organización de esas características, pero a diferencia de Al Qaeda que era dispersa, este tiene una base territorial. Es localizable en el mapa. Se le puede enfrentar.

El recorrido por cementerios donde están enterrados personajes que usted admira puede ser para muchos una pasión muy extraña.
-Mi mujer y yo viajábamos mucho. Y llegábamos a los cementerios que es el lugar donde acaban todas las biografías. El recorrido era parte de los viajes, era una manera de conocerlos más. En el libro ‘Aquí viven leones’, el cual escribimos juntos, reconstruimos o nos acercamos a la vida de grandes escritores.

ENFERMOS DE NORMALIDAD

Racismo, xenofobia, homofobia. Las sociedades más desarrolladas siguen siendo intolerantes: “Es un problema de todas las sociedades. Hay un miedo a lo que es distinto. Todos los seres humanos somos normópatas. Estamos enfermos de normalidad. No queremos ver caras diferentes. No queremos oír voces distintas. Si vemos gente que piensa otra cosa esto nos hace cuestionarnos, y no queremos. Madurar socialmente es liberarse de los temores, y convivir con lo que nos parece extraño o diferente. Sobre el racismo diré que la raza que todos persiguen, y excluyen, y que nadie quiere es la raza de los pobres”.

[Fernando Savater ganó el LVII premio Planeta de novela]

El racismo no es una cuestión de color de piel como se suele pensar.
-El color de la piel un pretexto para huir. El sultán de Brunéi es muy morenito, pero nadie le discrimina o niega una mesa. Pero a otros sí y solo porque no tienen dinero. El racismo es una forma de justificar privilegios.

¿Y la homofobia?
-Es el rechazo a lo distinto. La ruptura de esquemas tradicionales produce zozobra. Yo creo que la sociedad se está acostumbrando y está liberándose de esa connotación diabólica que daba a las parejas del mismo sexo, y que generaba conductas abiertamente homófobas.

EL COLUMNISTA BREVE

A los 15 años dirigía la revista del colegio. Savater dice que ha sido más periodista que otra cosa en la vida, y es articulista, un articulista que cree en la brevedad, que cree que más es menos y que uno debe usar solo las palabras necesarias. Es una especie de columnista raro, le digo. La mayoría siempre quiere más espacio.

Savater ha escrito: “ Una de las lecciones de humildad que se reciben al colaborar en prensa es que el más apretado y compacto artículo que uno cree haber ya desgrasado al máximo siempre mejora cuando aún se le suprimen tres o cuatro líneas por exigencias de la composición de la página impresa. Así se sufre, pero también se aprende. Un articulista no debe escribir mucho, sino muchos pocos”.

El día domingo, Savater, como todos los días, ha leído las noticias en el iPad. Es un hábito. Se declara torpe con la tecnología y no usa las redes sociales por miedo a perder el tiempo. Pero lee blogs y se informa lo más que puede en Internet. Así descubrió la danza del Wititi, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

El autor de libros como “Ética para Amador”, “Ética de Urgencia” o “Diccionario del ciudadano sin miedo a saber” remarca que Internet no es una amenaza y a riesgo de ser cuestionado por sus propios amigos no tiene miedo en decir que “el diario en papel tiene el tiempo contado”. Quizás morirá el periódico, pero el periodismo no debe morir y no debe perderse.

LA VIDA SIN SARA

–Sara, mi mujer, era la más feroz de mis críticas. Cuando yo lograba que algo mío le gustara era como ganarme el premio Nobel. Teníamos 35 años de vida juntos, toda la vida.

La voz de Savater se quiebra. Se recuesta en la silla. Su mirada parece un lago quieto. Podría llorar. El dolor lo disfraza con una sonrisa que le cuesta una barbaridad. No pensaba preguntarle por Sara. Ya había leído su dolor. Pero el libro que está en la mesa tiene fotos que su mujer hizo. En “Figuraciones mías”, Sara lo retrata con el diario en la mano, bajo la lluvia de Londres o tocando la tumba de Ciorán y “de su inolvidable compañera Simone”. Esa foto lo impacta, a pesar de tenerla en los recuerdos.

En marzo murió su esposa. Usted ha dicho que su vida ya no tiene sentido. ¿Cómo está llevando esta pérdida?
-Muy mal. Las fotos del libro que usted tiene allí son de ella. Todos mis libros estaban hechos por los dos, pero ella no quería figurar en la portada. Quería que la citara en la dedicatoria. En el libro que apenas se ha publicado ella sale como autora, y así lo fue. Lo fue en la mayoría de mis libros. Los preparábamos juntos. Todos mis libros han estado ligados a ella. Sinceramente mi vida acabó. Me queda solo sobrevivir. La vida con mayúsculas se fue con ella.

Algunos queremos morir antes que las personas que amamos. ¿Le pasó eso alguna vez por la cabeza?
-Todos hemos querido eso. Cuando se murió mi madre, yo me sentí desolado. Es normal que las madres mueran antes que los hijos. Pasa con los padres y los abuelos. Yo era 10 años mayor que mi mujer y siempre di por hecho que me moría primero. Eso me daba cierta paz. Es egoísmo puro, sin ninguna duda. Yo no quería sufrir lo que estoy sufriendo ahora. Toda verdadera historia de amor es una tragedia, antes o después uno debe morir y dejar al otro solo. Las historias de amor auténtico acaban en tragedia porque dejan al otro mutilado. Son una verdadera tragedia.

Y mutilado se siente usted.
-Absolutamente.

Por Esther Vargas
@EstherVargasC en Twitter .

*Fotos por Milagros Herrera. *


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