Hay muchas familias que en los últimos días no han recibido una sola gota de agua por sus cañerías. La situación es propicia para que quienes tenemos conexión a red, y gastamos hasta 4 veces más agua de la necesaria (OMS), nos pongamos en los zapatos de esos 4 millones de peruanos que tienen que vivir todos los días preocupados por conseguir agua para tomar, cocinar, bañarse y limpiar.
A poco menos de 20 minutos de la Av. Benavides en la ciudad de Lima, se encuentra Pamplona Alta. Allí el equipo de Contribuyentes por Respeto conoció a Marisol, quien vive con sus dos hijos, en una casa sin acceso a la red de agua potable. Marisol suele comprar el agua de camiones cisterna, que le venden cada litro 15 veces más caro de lo que pagamos nosotros. Además, conseguir esta agua le toma alrededor de 4 horas por semana a cada familia, tiempo en el que podrían estar trabajando para salir de la pobreza.
Esta precaria situación, sin embargo, se ve agravada por la capacidad de almacenamiento de agua que tenga cada familia. Si solo tienes baldes y barriles, es altamente probable que tengas que comprarle a un vecino con rotoplast, quienes venden cada litro 22 veces más caro de lo que pagamos nosotros. La situación no ha hecho sino agravarse en los últimos días, por los huaicos.
Pero, más allá del mayor precio por pagar y las 14 horas mensuales que gastan en conseguir el agua, piense usted, ahora que lo vive en carne propia, en la ansiedad de no poder cubrir una necesidad tan básica y en los problemas de salud que se pueden generar. Esto es exactamente lo que les ocurre a 4 millones de peruanos… todos los días.
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