Estas recientes revelaciones son nucleares para el oficialismo: desde e-mails que involucran sin dudas a Nadine y su hermano Ilan con un personaje cercano a Martín Belaunde hasta las declaraciones del congresista Bruce a EC, donde esa frase “puedo certificar que (Martín Belaunde) estuvo en toda la campaña del 2011” le da en la línea de flotación al humalismo (al oficialista Isla no le quedó más que admitirlo poco después). Todo esto ratifica que un motor de la red Orellana y al mismo tiempo un turbio operador propio entre sombras como Belaunde siguió siendo siempre cercano a la pareja presidencial, algo muy serio, por más que los colegas Lévano y Wiener del medio oficialista Diario Uno (justo de propiedad del padre de Martín) lo quieran minimizar o distraer atacando a otros. Gobierno en cuidados intensivos, de pronóstico reservado. Y no me alegro: la economía está muy frágil para escandaletes y una dura campaña electoral adelantada.
Pero todo lo anterior no puede tapar otro escándalo no menor: la remoción sin fundamento del fiscal Marco Guzmán Baca de su cargo en Lavado de Activos para que no investigue la mansión de Toledo. Ayer Guzmán declaró en exclusiva a Correo (¡esa era la portada!): “No tengo la menor idea (de su salida), pero, como es público, se han unido en una campaña en mi contra las ONG (caviares) con Toledo. Ahí tengo dos enemigos fuertes”. Una barbaridad más del insostenible fiscal de la Nación, Ramos Heredia, ese pariente de Nadine que hace rato debió dejar el puesto.
PD: ¡Qué tal bomba la de Toledo ayer, como se vio ayer en TV! ¡Esa de “¿puedes apagar esa huevada?” al camarógrafo queda para la Peña Ferrando!
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