23.ABR Martes, 2024
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Opinión

Juan José Garrido,La opinión del director
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La Policía Nacional del Perú ha probado, reiteradas veces, ser una institución eficiente cuando se decide a actuar. Podemos, por ejemplo, retrotraernos al minucioso trabajo de inteligencia que terminó en la captura del genocida terrorista Abimael Guzmán. Por ello, no debería llamarnos la atención la reciente captura de Rosita Vílchez, peruana que era buscada por los Estados Unidos para que comparezca ante la justicia por fraude bancario y un largo rosario de estafas.

Rosita Vílchez era una de las personas más buscadas por el FBI, la famosa oficina de investigaciones norteamericana. Aparecía en una de esas listas que hacen de un criminal una suerte de celebridad en el mundo del hampa. Nada menos que US$7 millones en delitos calculados.

Pues bien, la PNP la capturó recientemente en La Molina. Imaginamos que muy pronto será extraditada al norte para seguir su proceso, el cual puede conllevar la pena máxima: cadena perpetua. Rosita Vílchez no era, para los norteamericanos, un asunto menor.

Esa misma PNP, capaz de ubicar a líderes terroristas y estafadores de categoría internacional, ha sido incapaz de ubicar a los distintos personajes relacionados con los casos Orellana y Áncash.

Dos hipótesis revuelven la reflexión: no son capaces de encontrar a los denunciados o no cuentan con el apoyo gubernamental para hacerlo. Si aplicamos la navaja de Ockham, aquel principio metodológico bajo el cual “en similar condición, la explicación más sencilla suele ser la correcta”, queda claro que la segunda opción lleva la delantera.

Para quienes hemos seguido la trayectoria y efectividad de la PNP, es difícil creer que no pueden agarrar a ni uno en la lista. Que Rodolfo Orellana o Martín Belaunde se hayan, a estas alturas, fugado del país es muy probable; ¿pero qué hay de los personajes secundarios, aquellos que son satélites de ambos?

El gobierno tiene que derrumbar estas dudas, y ello solo será posible con resultados concretos. En momentos en los cuales reaparecen pintas y banderas senderistas, sería bueno saber que podemos confiar en nuestra PNP.


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