Juan José Garrido,La opinión del director
El presidente Ollanta Humala está contento con la última encuesta del poder, publicada ayer por Pulso Perú y Perú21. Como sabemos, su esposa –la primera dama Nadine Heredia– se ubicó en la cima de la misma, a la pregunta, ¿quién es la persona que tiene más poder en el Perú? La primera respuesta, con 26%, fue la Sra. Heredia; en segundo lugar, su esposo, el presidente Humala.
Consultado por el resultado, el presidente sostuvo, contento, que era “un reconocimiento a Nadine por su trabajo en favor de los pobres”.
No sabemos exactamente qué entiende el mandatario por poder, pero queda claro que confunde este término con popularidad. Al menos, así entendemos esta reacción. En cualquier país desarrollado, si la primera dama fuese considerada la persona con mayor poder en el país, despertaría preocupación en buena parte de la población e, imaginamos, una vergüenza indescriptible en el mandatario. Pero nuestro presidente está contento; que su esposa sea considera la persona con mayor importancia en los ámbitos de poder no le preocupa.
Poder no es sinónimo de popularidad. De hecho, la popularidad de la primera dama se ha desplomado desde la anterior encuesta de poder realizada por Pulso Perú; en otras palabras, no existe correlación o causalidad. La Sra. Heredia ha perdido esa aura que la mantenía cercana al 60% de popularidad; hoy, ronda la mitad.
A diferencia del presidente Humala, el resto de peruanos deberíamos estar preocupados. La Sra. Heredia puede parecerle muy talentosa y simpática a muchos, pero no es ni autoridad ni ejerce un cargo por mandato popular. En resumen, el poder que ostenta –y que todos los peruanos le reconocen– es informal, originado en un liderazgo débil y el atropello de instituciones.
La confusión de nuestro mandatario es peligrosa. Implica, por deducción, que este poder informal no está en cuestionamiento, que el ejercicio del mismo proseguirá, sabe quién hasta dónde. Los peruanos ya expresaron su rechazo a este poder, y la Sra. Heredia parece no tener problema con esa situación.
Pero bueno, el presidente Humala está contento.
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