El INEI presentó las cifras de pobreza para el 2016 dando cuenta de que seguimos, poco a poco, mejorando. El 2016 cerró con 20.7% de los peruanos viviendo en situación de pobreza y 3.8% en condiciones de pobreza extrema.
Estas cifras muestran pequeñas pero valiosas mejoras respecto del 2015, pero sobre todo mantienen y refuerzan una tendencia de reducción sostenida de la pobreza. Recordemos que en el 2005, el 55.6% de los peruanos, es decir la mayoría, vivía en situación de pobreza monetaria. Reducir la pobreza en 35 puntos porcentuales en poco más de una década es un gran logro.
Estos resultados positivos son insuficientes. Mantenemos enormes desigualdades, tenemos una nueva clase media emergente muy vulnerable, niveles de pobreza rural muy altos (43%) y persisten zonas donde la pobreza se mantiene como la condición de la mayoría (Cajamarca, por ejemplo). Hay mucho más que hacer para seguir bajando la pobreza, y sobre todo para asegurar que no vuelva a subir, más aún en un año complejo como este.
Para seguir bajando la pobreza hay que profundizar lo que hoy sabemos. Hay que complementar la medición de la pobreza monetaria con indicadores que recojan otras dimensiones y que incorporen los altos niveles de vulnerabilidad de la mayor parte de la población en el debate sobre pobreza.
Tenemos datos de buena calidad, buenas estimaciones, transparencia y acceso abierto a datos y metodologías. Esta es una de las características de nuestra medición de la pobreza. El INEI hace un trabajo profesional y de calidad, que pocas veces reconocemos.
Conocer más y mejor la pobreza nos permitirá tener mejores políticas públicas para seguir bajándola.
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