Desde hace unos años opera un esquema de acción conjunta de diversas entidades públicas para llegar a los peruanos que viven en las zonas más alejadas. Las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS) son una de las iniciativas más atractivas de nuestro sector público y, como suele suceder, poco reconocidas.
Las PIAS –montadas en barcos– recorren ríos de nuestra Amazonía llevando al Reniec, Banco de la Nación, servicios de salud, personal de los programas sociales, del sector educación, del sector mujer, etc. Pasan cada 40 o 60 días por cada comunidad de los ríos que hoy recorren (Napo, Morona y Putumayo).
Recibir los servicios del Estado cada 60 días, por uno o dos días, no parece suficiente, seguro que no lo es. Pero es infinitamente superior a no recibirlos nunca. Hoy, los pobladores de las comunidades ribereñas, previamente consultados y escuchados, ellos y sus Apus, saben que el Estado vendrá, en un día fijo, y que ahí podrán hacer trámites, ver al dentista, al doctor, controles, hacer análisis de laboratorio, ir al banco, y mucho más.
Las PIAS llevan el Estado, todo junto, para brindar servicios a los peruanos más excluidos. Esto ha sido posible gracias al trabajo, compromiso y liderazgo de varios actores. La Marina y el Comando Conjunto se la jugaron por esta iniciativa. Junto al Midis y la PCM, lograron sumar al resto del sector público, e involucraron al sector privado. Soluciones Empresariales contra la Pobreza (SEP) acompaña el proceso y ayuda a innovar para que la atención de las PIAS sea cada vez mejor.
Hoy hay un piloto de PIAS terrestre en el Vraem, y aún hay espacio para que esta suerte de “Estado móvil”, se expanda y asegure que los servicios lleguen a los ciudadanos que más los necesitan. Las PIAS demuestran que el sector público sí puede trabajar articuladamente a favor de los más pobres.
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