Desde hace 4 años, Americas Quarterly publica un índice de inclusión social para los países de América Latina (The AQ Social Inclusion Index). No estamos donde queremos, ni debemos estar. Perú está en el puesto 10 de 17. Estos índices nos ayudan a mirar lo que pasa en nuestro país de manera comparativa y preguntarnos si estamos poniendo nuestros esfuerzos en los asuntos que realmente importan.
Se nos reconoce por el crecimiento, reducción de pobreza y cobertura de educación para todos los niños. Con estos tres indicadores, de los 23 del índice, estaríamos en el puesto 5. Pero si vemos nuestros resultados en derechos de grupos indígenas y derechos e inclusión financiera de las mujeres, estaríamos en la cola de la tabla.
Asociamos la inclusión con la reducción de pobreza y el establecimiento de condiciones mínimas de protección social para los más pobres, pero no podemos limitarnos a ello. Mientras seamos un país en el que haya discriminación –racial, étnica, de género–, y los grupos discriminados tengan menos capacidad de ejercer sus derechos y menos poder, no vamos ser inclusivos.
El índice incluye dos variables en las que tenemos el último o penúltimo puesto: inclusión financiera de las mujeres y gasto en programas sociales. Localmente, el debate va justo en sentido opuesto: se nos repite que gastamos demasiado en programas sociales.
Hemos avanzado, pero seguimos rezagados. No se puede ser inclusivo a medias. Hay que trabajar. Seguir bajando la pobreza es central para la inclusión, la inclusión económica también, pero necesitamos más: ampliar el debate, incluir otros temas, actores y acciones para avanzar en las otras dimensiones del índice.
Nuestra meta debería ser estar en el primer tercio de la tabla, no podemos conformarnos con la cola del segundo tercio.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.