El director de Perú21 (Compañeros de Ruta, 25/2/17) señaló que el gobierno pasado nos vendió cuentos de equidad social para lograr sus oscuros propósitos. Esa afirmación refleja una lectura que la evidencia no sustenta. Durante el quinquenio pasado la equidad social mejoró como resultado de políticas públicas intencionales y específicas (y no por la casualidad o por el solo crecimiento).
El INEI, el MEF y una serie de investigadores independientes, peruanos y extranjeros, han mostrado con evidencia sólida que bajó la pobreza y también la desigualdad, y que en dichas mejoras, las políticas sociales jugaron un papel decisivo.
La expansión en infraestructura rural, la cobertura del SIS a grupos vulnerables, la reforma educativa y los programas sociales han sido centrales para lograr mayor equidad. Estas acciones resultan de decisiones y prioridades políticas. El presupuesto destinado pudo usarse para otros fines, y no fue así. Se hizo, además, una reforma en la institucionalidad social. La creación del Midis fue clave y hoy tenemos una entidad que evalúa lo que hace, que decide usando evidencia, que aboga por la transparencia, que tiene certificaciones ISO, etc.
¿Eso quiere decir que estamos bien en equidad social? No. Falta mucho y se requiere más esfuerzo. Los varios índices de progreso social dan cuenta de la enorme tarea que tenemos para ser un país justo, con igualdad de oportunidades y con ciudadanos que ejerzan sus derechos. No obstante, sostener que no se ha avanzado y que el énfasis en la inclusión social fue un cuento es una ligereza.
Hoy que desconfiamos de todo y de todos, no nos dejemos llevar por generalizaciones absurdas, usemos la evidencia, los datos que existen y seamos ponderados para no tirar al niño con el agua.
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