Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Dos milagros en un solo día fueron suficientes y gracias a mi milagroso control remoto borré a los pastores evangélicos que montaban el espectáculo ante una multitud de unas 10 mil personas. Alcancé a ver un anuncio que decía: “Si crees, verás”. San Agustín decía por su parte que “la fe es un camino del conocimiento”. Y los muchachos de la autoayuda repiten “creer para ver”. Y es verdad. Totalmente cierto. Desgraciadamente la demoníaca ciencia, en este caso la neurobiología, demuestra que el cerebro puede crear realidades a medida y a pedido. Si uno cree fervientemente en ángeles no es imposible que se le aparezca uno. No quiere decir que el ángel exista. Se trata del producto de una imaginación preñada de esos seres alados. Si a la afirmación hecha sumamos la evidente posibilidad de autosugestión que se da en los actos de los evangélicos, los llamados milagros no resultan sorprendentes.
Aprovecho estas líneas para sugerirles rezar, a estos manipuladores de la fe, para que su hermano, el reverendo estadounidense Grant Storms, conocido homofóbico y también llamado “el patriota cristiano”, abandone su costumbre de masturbarse en público. Costumbre que en privado no le hubiese costado el ser detenido (no dicen si antes o después de la eyaculación) en Nueva Orleans por estar haciéndolo en una zona de juegos para niños. Confesó que masturbarse en público era para él “una emoción” y que el día de su arresto era el tercero en una semana que lo hacía en el parque.
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