Por lo visto, Alan García ha optado por una estrategia de intentar adelantar la campaña electoral presidencial tras los recientes comicios ediles, lo que no le daría tregua a un gobierno que es muy débil a nivel congresal, que tiene en Humala a un pésimo comunicador y que sufre el agravante de un frenazo económico. El fujimorismo se ha aunado a esto al tomar protagonismo en la fiscalización al caso López Meneses. De ser exitosa esta maniobra de pinzas entre estas dos fuerzas que pugnan por encabezar la oposición, estaríamos viviendo lo sucedido en los dos últimos años del segundo belaundismo, cuando la oposición aprista controló la iniciativa estratégica y tuvo a FBT arrinconado a la defensiva en Palacio, algo muy similar a lo que le sucedió a Toledo. Consciente de ese riesgo, la premier Ana Jara ha salido con todo para estrenar un nuevo rol de ‘Ana, la mala’, como parachoques del gobierno para evitar que el oficialismo ya no controle la agenda política. Sin embargo, esta labor le significaría tal desgaste a Jara que sería difícil que encabece la plancha presidencial oficialista. Al menos que Nadine opte por candidatear (lo que es muy posible), habría así un vacío por cubrir y surgiría la necesidad de construir un nuevo candidato presidencial gobiernista de aquí a diciembre del 2015. Para no repetir los chascos del toledismo y el aprismo con Jeannete Enmanuel y Meche Aráoz, este tendría que ser alguien con experiencia administrativa, cierto éxito en esta y provinciano (de preferencia sureño). Por lo que me dicen, la jefa Nadine está analizando al saliente presidente regional moqueguano Martín Vizcarra para ese rol.
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