Brasil debe ser más que carnaval y fútbol

Brasil es un país con más de 200 millones de habitantes, el mercado más importante de la región y la séptima economía más grande del mundo. Un país con una economía en recesión, inflación cercana al 7%, malestar ciudadano por la pésima calidad de los servicios públicos y graves problemas de corrupción. Un país cerrado al mundo en lo comercial, con medidas proteccionistas y barreras al comercio que parecen avaladas por las grandes empresas que se benefician de ello. Brasil, tarde o temprano, tiene que cambiar de rumbo y hacer reformas importantes. Eso no será políticamente fácil y parece que el pueblo brasileño ha optado por la incomodidad de lo conocido frente a lo incierto del cambio. Rousseff tendrá que adoptar medidas para atraer a esa mitad del país que no votó por ella y, a la vez, hacer reformas que le permitan balancear sus cuentas. Suerte a este gran país hermano.