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Andrés Roca Rey: "Prefiero morir en una plaza de toros"

Hace poco sufrió una cornada por la boca y a los 19 años ya tiene un escapulario de oro.

(Mario Zapata)
(Mario Zapata)

A sus 19 años, Andrés Roca Rey lo tiene claro: lo suyo es ser un grande del toreo. Nada lo detiene. Hace algunas semanas sufrió una embestida en México que le voló los dientes. Días después ganó el Escapulario de Oro en Lima. Esta semana lo entrevistamos y también le preguntamos por las críticas a las corridas de toros. A continuación su faena.

Empezó a los 7 años.
Desde chiquito me gustó el mundo del toreo. Mi hermano Fernando es matador de toros. Fue por él y por otra parte de mi familia que entré en este mundo. Iba a la escuela taurina donde estaba mi hermano y así comencé. A los 7 años, toreé mi primera becerra y fue regalada por el maestro Rafael Puga. Pude torear en mi cumpleaños.

¿La tauromaquia es un arte?
Se puede definir de muchas formas. Una de ellas… está claro que es un arte, porque las cosas se hacen con sentimiento. La vida es así, sea lo que sea se hace con arte: se escribe con arte, se canta con arte, se pinta con arte, se juega fútbol con arte.

¿Dónde está el arte en la tauromaquia?
En hacer cada movimiento sintiéndolo. Se ven muletazos bonitos, capotazos bonitos, pero más que ver es sentir.

¿Los que no gustamos la tauromaquia de qué nos estamos perdiendo?
De una forma particular de ver la vida: cuando una persona se está jugando la vida delante de un toro y viceversa. La tauromaquia ha inspirado a mucha gente: pintores, cantantes. Hasta que no vayas a una corrida de toros, no sabrás de qué te estás perdiendo.

Los críticos señalan que no es arte ni cultura sino matanza animal. ¿Qué opina?
Cultura es algo que viene de mucho tiempo atrás. O sea, cultura sí es. Y arte es algo que se hace con sentimiento. Entonces, sí es arte. Quizá la gente no está culturizada para entenderlo. El toro bravo es una especie única que los ganaderos se encargan de criar para llevarlo a una plaza de toros.

¿Acaso la pasión por el toreo radica en ese coqueteo constante con la muerte?
Un torero siempre se juega la vida. A ‘Paquirri’ y ‘El Yiyo’ los mataron toros en plena plaza. A uno en el corazón y al otro en la femoral. Un torero siempre está en riesgo. Es como un guerrero, un espartano.

¿No es una costumbre desfasada?
Cuando el tiempo pasa y siguen existiendo las cosas es por algo. Las corridas de toros son cultura y por eso se han mantenido. Es como la religión: ahora mismo no somos capaces de saber si hay un Dios, pero mantenemos nuestra fe.

¿La tauromaquia en el Perú qué momento pasa?
Mucha gente cree que el Perú es Lima. En provincias hay muchas corridas. Este año, en el Perú hubo unos 700 festejos taurinos. Yo creo que ha aumentado muchísimo. Hay pueblos que tienen 2,000 habitantes, pero sus plazas de toros tienen hasta 10,000 personas, se llenan.

En noviembre un toro lo embistió por la boca, en México. ¿Cómo fue ese momento?
Fue en Guadalajara. Toreando con la mano izquierda me levantó de la pierna, me pegó una cornada en la ingle y a la hora de caer me metió el cuerno en la boca, me partió parte del padalar en pedacitos y me voló dos dientes, y uno se movió. Ahí te das cuenta de que el toreo es importante y que en cualquier momento puedes perder la vida.

¿En ese instante qué pasó por su cabeza?
Vives tal adrenalina, sentimiento, ganas de triunfo que no te das cuenta de lo que vale la vida. Hay una canción que dice “la vida no vale nada” y yo creo que se refiere a esos momentos de adrenalina. En esas circunstancias estás como en otro mundo. Sientes que no es tu cuerpo con el que estás toreando. A veces hasta piensas que si te mata un toro, puede merecer la pena, por no dar un paso para atrás.

¿No le tiene miedo a la muerte?
Le tengo muchísimo miedo. Es algo desconocido. Pero si me dan a elegir entre morir en la carretera o en una plaza de toros, prefiero lo último.

Y semanas después del incidente en México ganó el Escapulario de Oro en Acho.
Fue una tarde muy bonita, muy importante para mí. Es la primera vez que ganaba como matador de toros.

¿Usted es de los más jóvenes de la tauromaquia en el mundo?
En el escalafón de matadores de toros debo ser el más joven.

¿Cuán lejos quisiera llegar?
La meta final de cualquier profesión es llegar a ser figura, a lo más alto. No me gustaría decir que quiero llegar a algo, porque sigo pensando que me gustaría llegar más lejos.

Para el año 2016, ¿qué se viene?
Antes, acabo este año toreando en Colombia: Manizales, Cali y Medellín. Y luego, en el 2016, viajo a México, Venezuela, Ecuador, y en marzo regreso a España.

AUTOFICHA

■ “Cuando empecé a tener uso de razón decía que tenía que ser torero. Mis otros pasatiempos son estar con mis amigos, a veces jugar golf o tenis y estar con mi familia”.

■ “Hace dos años salí del colegio y mi último año de estudios lo hice por Internet, porque me fui a España. Me gustaría estudiar administración”.

■ “De febrero a octubre paro en España toreando y de ahí vengo a las temporadas que hay en Latinoamérica. Considero que las cosas hay que vivirlas al 100%”.

Por Mijail Palacios Yábar (mpalacios@peru21.com)


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