A pesar de los lamentables atentados ocurridos en Francia, nuestro país tiene algo bueno que contar. Este fin de semana se confirmó que Perú obtuvo el primer lugar con tres medallas de oro y una de plata en la XXX Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas, con más de 20 países de la región como participantes. De hecho, es la primera vez en la historia de dichas olimpiadas que un país se lleva las medallas doradas con un puntaje perfecto, cosa que será muy difícil de superar en ediciones futuras.
Esta grata noticia no debería sorprendernos tanto si tomamos en cuenta que, en julio de este año, la selección peruana de matemáticas tuvo un importante logro en la 56 Olimpiada Internacional de Matemáticas al lograr el puesto 16 de 104 países, ganándoles a todos los países de la región y a otros, como Alemania, Finlandia o Japón. Por primera vez, un país latinoamericano consiguió dos medallas de oro en una misma olimpiada. De hecho, desde hace 10 años, el Perú está dentro del top 30 de más de 100 países, habiendo obtenido puestos similares en el 2012 (puesto 16), 2010 (puesto 18) y en el 2008 (puesto 17).
Si bien en los últimos años tanto el Ministerio de Educación como la PUCP y los colegios vienen apoyando cada vez más para asegurar la participación de sus estudiantes en torneos como estos, aún nos falta contar con una estrategia que permita fortalecer aún más las capacidades de estos jóvenes y evitar que tengan que migrar y quedarse en otros países a aportar su genialidad y talento lejos de su país.
No creo que Ángel Napa, Jemisson Coronel, Daniel Rojas y Jeferson Herrera, portadores de nuestras medallas del viernes pasado, hayan sido recibidos masivamente y con clamor en el aeropuerto, como solemos hacer con nuestros equipos de fútbol. Pero, ojo, estos jóvenes son nuestra esperanza para convertirnos en un país más desarrollado. Por favor, no los perdamos.
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