Una de las propuestas más interesantes del próximo gobierno respecto a la mejora de la calidad de vida es implementar un sistema de indicadores que puedan medir el monitoreo e impacto de los esfuerzos del gobierno desde sus diferentes sectores. Si bien el ente rector en materia de desarrollo e inclusión social es el ministerio que lleva su nombre, es preciso tomar en consideración que la generación de calidad de vida no es exclusiva de un solo sector, sino que es transversal a las distintas áreas del gobierno. Lo interesante de esta propuesta es que este sistema de medición estaría alojado en la PCM. Aun así, lo que no está contemplado –y que es sin duda el principal desafío– es asegurar que este sistema de indicadores pueda a la vez organizar, estructurar y articular a todos y cada uno de los esfuerzos de cada sector, de manera tal que todos apunten a un mismo objetivo y con metas claras, definidas y entendidas por todos.
En una empresa, cada área tiene sus propios objetivos, pero todos saben que deben trabajar hacia un objetivo común, que es generar valor. Mientras más grande es la empresa, mayor es el desafío, pero para el caso de una empresa con un presupuesto anual de 140,000 millones de soles, más de un millón de trabajadores y 30 millones de accionistas, sin duda la principal preocupación debe ser estar lo suficientemente organizada para generar valor público. Esta empresa es el Perú y todos los funcionarios entrantes deben comprender que deben trabajar por un solo fin, que es generar progreso social para todos los ciudadanos.
Más que funcionarios burocráticos enfocados solo en cumplir sus propios reglamentos internos, necesitamos gerentes públicos que sepan mirar más allá, entender al Estado como una sola organización con metas medibles y procesos eficientes.
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