- ¡Aprecio a la gente agradecida! Me parece excelente que alguno salga así ahora de defensor de los Humala, dado que ellos le sacaron de un anonimato político de 25 años para hacerle ministro y hasta premier. Lo mismo con ese agradecido colega que, bajo el humalismo, obtuvo un contrato extraordinario en nuestro canal estatal, lo que le permitía –mismo una estrella del nivel de Jaime Bayly– residir en una capital europea y venir una semana al mes a dejar grabaciones listas para su programa, que me imagino debe haber tenido un colosal impacto intelectual antes que sintonía, pues dudo que en un canal privado –que no se sufraga con NUESTROS impuestos y debe lucrar– se consiguiese nomás así esa chambaza. No creo –¡para nada!– que ese tipo de loables personajes agradecidos hayan llegado a esos puestos por su vargallosismo y antifujimorismo, aunque me llama la atención que no les haya incomodado nunca el pasado de Ollanta respecto a los DD.HH. (que ellos tanto defienden) ni que Ollanta y Nadine hayan sido unos vendepatrias que recibieron financiamiento de la Venezuela chavista y del Brasil lulista. ¡Hasta la mula entiende eso!
- Me parece pésimo que el canciller Luna haya dispuesto un boicot de inasistencia de diplomáticos a la embajada de Francia. Ignoro todo el entripado (pues no me creo esa cinematográfica versión de que los Humala se iban a asilar allí), pero una antipatía personal no debe acabar en un desaire a un país amigo (y poderoso), más aún cuando su presidente Macron viene este año a Lima. Pensaba que los berrinches infantiles y las broncas gratuitas con potencias se habían acabado con el desacertado canciller humalista Roncagliolo, que criticó a USA cuando su premier Lerner iba a conversar con Hillary Clinton e hizo regresar a la fragata inglesa para adular a Cristina K.
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