Una preocupación reciente en la sociedad limeña ha sido la planificación de la ciudad. Anteriormente ignorada, hoy pareciera que los limeños y limeñas reclamaran a sus autoridades decisiones que se basen en un planeamiento estratégico. La efervescencia ciudadana en los asuntos urbanos se pone en evidencia al incrementarse la exigencia y demanda por mejores servicios públicos y acciones que redunden en una mejor calidad de vida.
Debido a un incidente que me sucedió hace unos días mientras montaba bicicleta y ante el creciente número de ciclistas que cada día se ven en las calles de Lima, creo necesario dedicar este espacio a los deberes y derechos del ciclista.
Escribo esta nota sentada en un “parklet” (un nuevo espacio público colocado sobre un estacionamiento) ubicado al interior del Mercado de Productores de San Isidro. La municipalidad ha organizado un festival de food trucks –es decir, camiones que venden comida– que se encuentra repleto de personas disfrutando su sábado.
Gracias a que vivo cerca de mi trabajo suelo movilizarme en bicicleta y a pie, por lo que no sufro cada día los horrores del tráfico limeño. Nadie nunca se acostumbrará a la congestión: a la espera que se alarga, al mal humor que produce y al estrés que genera. El Día de la Madre, luego de haberlo evitado por mucho tiempo, vivimos el tráfico de Barranco.
Urbanista
Hace cinco años que los resultados de las encuestas de Lima Cómo Vamos muestran ciudadanos menos satisfechos y más exigentes con su calidad de vida urbana. Si bien Lima llegó tarde a la discusión sobre la ciudad (a diferencia de Santiago, México D.F. y Bogotá), parece que hoy estas preocupaciones se están posicionado como un asunto fijo en la agenda cotidiana.
La concepción de ciudad y ciudadanía que se vive en nuestra capital está permitiendo el surgimiento de nuevos usos del espacio público. Esto implica adaptarnos a una ciudad que se hace más colectiva y, ojalá, cada vez menos privada. Los vecinos empezamos a reclamar mejores formas de gestionar los espacios compartidos. Eso se refleja en iniciativas como el Ciclodía, Muévete San Borja y Renuévate con Miraflores que se mantienen vigentes.
Vuelves a la actuación con la cinta nacional Encadenados. ¿Qué te convenció para que retomaras esta faceta? ¿Cuál es tu personaje? Lo último que hice fue Ciudad de M, pero retomo la actuación porque se dieron todas las circunstancias favorables. En Encadenados, mi personaje es un burgués que lleva una aparente vida correcta, pero que tiene una doble moral, como muchos en el país.
Vuelves a la actuación con la cinta nacional Encadenados. ¿Qué te convenció para que retomaras esta faceta? ¿Cuál es tu personaje? “Lo último que hice fue Ciudad de M, pero retomo la actuación porque se dieron todas las circunstancias favorables. En Encadenados, mi personaje es un burgués que lleva una aparente vida correcta, pero que tiene una doble moral, como muchos en el país”.
Pelo Madueño,Músico Autor: Gonzalo Pajares. gpajares@peru21.com