22.NOV Viernes, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

Escribo esta nota sentada en un “parklet” (un nuevo espacio público colocado sobre un estacionamiento) ubicado al interior del Mercado de Productores de San Isidro. La municipalidad ha organizado un festival de food trucks –es decir, camiones que venden comida– que se encuentra repleto de personas disfrutando su sábado.

San Isidro ha sabido reconocer y apropiarse de las tendencias internacionales relacionadas al uso del espacio público y la –cada vez más grande– ola de food trucks que invaden las calles de las ciudades más importantes del mundo. He tenido la oportunidad de verlos en Londres, Barcelona, Bogotá y Sao Paulo, pero en Lima costaba imaginarlos, pues es mayor la tendencia a espantar a la carretilla y al vendedor de comida callejero que a brindarles espacios y condiciones óptimas. Ojalá ahora empecemos a reconocer la importancia de darle más vida a la calle y los municipios promuevan normativas que faciliten la puesta en marcha de más festivales y ferias, como lo está haciendo San Isidro.

Este espacio usualmente destinado al parqueo de los autos se ha llenado de vida. Jóvenes, adultos y niños se divierten y hasta los perros son bienvenidos. Una ciudad democrática es justo lo que queremos. El municipio ha facilitado espacios para sentarse, descansar y jugar a la vez que se escucha buena música en vivo. Incluso un simple panel y plumones se hacen las delicias de niños que juguetean felices en el festival y el parqueo de bicis está bastante lleno. Justamente ese es el tipo de ciudad que queremos. Una que nos ofrezca alternativas a todos y todas sin importar nuestra edad ni estilo de vida.

Facilitar espacios como estos es más fácil de lo que parece. Todos los distritos de Lima tienen espacios que explotar y que sus vecinos sabrán usar. Festivales de comida, de mascotas, del hogar, de artesanos o las populares y reclamadas ciclovías recreativas son solo unos ejemplos. Es más, actividades como esta generan beneficios en los negocios circundantes.

Me imagino todavía a algunos vecinos del distrito a los que les cuesta comprender por qué esta gestión municipal está promoviendo tantas actividades en espacios públicos. Me imagino que no faltará aquel que crea que ponerles púas a las veredas o bancas sea buena idea. Sin embargo, estoy segura de que, en los próximos cuatro años, esos vecinos serán la minoría. Adelante, San Isidro, sigue mostrando que hacer una ciudad para todos los ciudadanos y ciudadanas es posible.


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