Sin escucharle la menor frase o verlo siquiera en fotografías, los venezolanos suman ya dos meses sin certeza sobre la condición de salud del presidente Hugo Chávez, cuya batalla contra el cáncer que libra en Cuba está sumida en el misterio y las conjeturas.
El canciller Elías Jaua dijo el sábado que Chávez se está recuperando lentamente y que el mandatario está convencido “de que esta batalla también la va a ganar”. Como todas las declaraciones oficiales recientes, ésta es pródiga en optimismo y escasa en información concreta.
Algunos analistas consideran que ya comenzó la transición hacia un gobierno sin Chávez y el país se enrumba a una nueva elección presidencial.
“En Venezuela ya comenzó la transición y comenzó además la campaña electoral. Desde hace un mes se han hecho numerosos actos de masas que son actos absolutamente de campaña, pero también comenzó la transición en la cabeza de la gente, (incluso) a veces hay equívocos entre los voceros del gobierno que empiezan hablar de Chávez en tiempo pasado”, dijo a la AP Tulio Hernández, sociólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
Los escenarios políticos, económicos y sociales de Venezuela, en tanto, son de completa incertidumbre, a la espera de que llegue a su fin la ausencia de Chávez o se despeje la incógnita sobre su continuidad en el poder.
En caso de muerte o incapacidad del presidente, la Constitución ordena convocar a elecciones en 30 días.
SE SIENTE SU FALTA
Los seguidores de Chávez, como sus adversarios, por igual, son presa de conjeturas en torno a las razones que mantienen al mandatario alejado de la mirada pública desde el 11 de diciembre pasado.
“Estamos en una encrucijada evidente. Lo que se manifiesta hasta ahora en estos primeros 60 días ha sido una dificultad que ha tenido el circulo predominante del chavismo que le ha costado mucho articular un liderazgo que pueda ir sustituyendo al del presidente en esta difícil transición”, dijo a la AP en una entrevista telefónica Oscar Vallés, analista político y profesor de la Universidad metropolitana de Caracas.
“Nos ha sorprendido mucho esta debilidad o este déficit en el vicepresidente Nicolás Maduro, al que habíamos considerado que tenía al menos la experiencia para poder manejarse con un status político mucho más inteligente”, agregó.
LA PARALISIS
Su prolongada ausencia, adicionalmente, distrae la discusión de otros problemas, como la inseguridad, la inflación –que es la más alta del continente– y las dificultades que enfrentan a diario los venezolanos para sortear la escasez de alimentos, entre otros bienes y servicios de primera necesidad.
“Desde el punto de vista administrativo el país parece haber entrado en una especie de parálisis, hay una serie de medidas que parecen estar esperando por alguien que las tome, si las toman son insuficientes y tardías como una reciente devaluación” de la moneda, dijo a la AP José Vicente Carrasquero, profesor de ciencia política de la Universidad Simón Bolívar.
“Pareciera que hay la sensación o existe en el ambiente la posibilidad de una elección en algún momento y para esa elección evidentemente no se quiere asumir los costos políticos que conllevaría tomar decisiones como por ejemplo liberar los precios de algunos productos, un aumento del precio de la gasolina, entre las más baratas del mundo y que tiene un costo millonario en subsidios, cosas así por el estilo”, agregó.
Lo más complicado en este momento es Venezuela, según los analistas, esta entre la opacidad del futuro, la incertidumbre y la perplejidad que embarga a ambos bandos.
“Chávez tenía la virtud de radicalizar el conflicto hasta donde él era capaz de detenerlo y lo lograba detener”, dijo el profesor Vallés. Un discurso de Chávez”podía lograr que cualquier pretensión de exaltación violenta y masiva por parte de sus seguidores pudiese meterla rápidamente en el congelador. Esta virtud no la veo en su camarilla sucesoral”.
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