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Sospechosos de los atentados en Boston actuaron movidos por la fe

Pese a ello, las autoridades federales señalaron que Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev no parecen estar relacionados con grupos terroristas musulmanes.

(Reuters)
(Reuters)

Los dos hermanos sospechosos de ser autores de los atentados en el maratón de Boston aparentemente se vieron motivados por su fe religiosa, pero no parecen estar relacionados con grupos terroristas musulmanes, señalaron dos autoridades federales que hablaron con condición de anonimato después de interrogar a Dzhokhar Tsarnaev (19).

También el lunes, el joven de origen checheno fue acusado de conspirar para usar armas de destrucción masiva, una sentencia que conlleva la posibilidad de pena de muerte si se le declara culpable.

Fiscales federales acusaron Tsarnaev de planear junto con su hermano mayor Tamerlan, de 26 años y quien murió la semana pasada abatido por la Policía, la colocación de las dos ollas con explosivos que al estallar lanzaron objetos afilados hacia la multitud que estaba en la línea de meta el lunes pasado, dejando tres personas muertas y más de 180 heridos.

La denuncia penal que incluye los cargos contra Dzhokhar Tsarnaev no arroja luz sobre el móvil del ataque. El universitario de Massachusetts hizo su comparecencia inicial en su habitación en el hospital Beth Israel. El acusado está en condición grave, pero estable. No puede hablar debido a una herida de bala en la garganta.

Cámaras de seguridad grabaron a Dzhokhar usando un teléfono celular tras colocar una bolsa en el suelo en el sitio de una explosión, dijo el lunes el FBI en una declaración jurada.

Después de que la primera explosión se sintiera hasta una calle abajo y provocara pánico entre la multitud, Dzhokhar —a diferencia de todos los que estaban a su alrededor— parecía calmado y se alejó caminando rápidamente, indicaron los oficiales. Más o menos 10 segundos después, ocurrió la segunda explosión donde él había dejado la mochila.

El documento no dice si se piensa que Dzhokhar utilizó el teléfono para detonar la bomba. El documento dice además que uno de los sospechosos le dijo a una persona cuyo auto habían tomado a la fuerza: “¿Te enteraste de las explosiones en Boston? Yo lo hice”.

Agrega que Dzhokhar parecía tener heridas de bala en la cabeza, el cuello, las piernas y una mano cuando fue llevado al hospital tras su captura el viernes.
En una declaración, el secretario de justicia de Estados Unidos, Eric Holder, detalló los cargos contra el joven que conllevan la posibilidad de pena de muerte si es declarado culpable.

La noticia se conoció el mismo día que residentes de Boston y otras ciudades guardaban un minuto de silencio por las víctimas, cuando se cumple una semana desde los atentados.

Los hermanos son originarios de Chechenia, una región que busca independizarse de Rusia, y vivían legalmente en Estados Unidos desde hace una década. Los investigadores se están enfocando en el viaje que hizo el mayor de ellos a Chechenia el año pasado y Daguestán, una región que se ha vuelto caldo de cultivo de política separatista y extremismo islámico.

El gobierno de Barack Obama indicó que no tenía otra opción más que procesar a Tsarnaev en el sistema de cortes federales. Algunos políticos han sugerido que sea juzgado como enemigo combatiente ante un tribunal militar, donde a los acusados se les niegan algunas de las protecciones constitucionales estadounidenses.

Pero Tsarnaev está naturalizado como estadounidense y bajo la ley del país, un ciudadano no puede ser enjuiciado por tribunales militares. El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney dijo que desde los ataques del 11 de septiembre, el sistema de cortes federales se ha utilizado para procesar y encarcelar a cientos de terroristas.

En su denuncia penal, el FBI indicó que registró el dormitorio de Tsarnaev en la Universidad de Massachusetts-Dartmouth el domingo y encontró balines metálicos, una gorra blanca y una casaca negra que se ven igual a las que vestía uno de los presuntos autores de las detonaciones como quedó registrado en fotografías que el FBI dio a conocer unos días después del ataque.

Mientras, a una semana de las explosiones, Boston estaba a reventar, con maratonistas recorriendo las calles, niños caminando a la escuela y suficientes vehículos congestionando la ciudad para hacer que el día se sintiera casi normal.


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