Los rebeldes sirios multiplicaron hoy los ataques contra las posiciones del régimen de Bashar al Assad, por lo que concentran sus operaciones contra las infraestructuras de la Fuerza Aérea, responsable cada día de decenas de víctimas, según los insurgentes.
A punto de cumplirse un año y medio desde el comienzo de la revuelta contra el régimen, el conflicto se endureció y dejó 5,000 muertos en agosto, el mes más sangriento, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Estas cifras son imposibles de verificar con una fuente independiente.
Los insurgentes atacaron un aeropuerto militar en Alepo, informaron activistas, mientras el nuevo enviado de la ONU y la Liga Árabe a Siria, Lakhdar Brahimi, comenzó su misión para ayudar a poner fin al conflicto que dura ya 18 meses.
Aseguraron también haber capturado varios misiles tierra-aire. Según la información, atacaron el aeropuerto militar de Kuriss y lograron destruir tres aviones de combate. Otros dos aeropuertos fueron atacados en los últimos días en la provincia de Idlib.
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