Tras conocer la magnitud del espionaje masivo revelado por Edward Snowden, uno de los servicios especiales de Rusia volvió a apostar por las máquinas de escribir para proteger informaciones extremadamente secretas.
Según el diario ruso Isvestiya, el Servicio Federal de Protección (FSO), surgido de la ex-KGB, lanzó una licitación para la compra de 20 máquinas de escribir. La idea es archivar documentos extremadamente secretos en papel, en lugar de usar soportes electrónicos.
El exjefe de los servicios secretos internos, Nikolai Kovalyov, dijo al diario que es común el almacenamiento de documentos escritos a mano. El exagente explicó que es importante que cada máquina tenga su propio registro, de tal manera que se puede relacionar cada papel con un aparato determinad.
Asimismo, el portavoz del FSO, Serguei Devyatov, confirmó que se siguen utilizando antiguas conexiones telefónicas a prueba de escuchas para conversaciones secretas entre las cúpulas de los países.
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