La primera clínica privada en la que se practicarán abortos en Irlanda del Norte abrió sus puertas hoy en Belfast en medio de las protestas y las reticencias en la provincia británica, donde la interrupción del embarazo está estrictamente reglamentada.
Blandiendo pancartas de fetos ensangrentados y rezando, unos 200 militantes antiabortistas, católicos y protestantes, se manifestaron ante la clínica gestionada por la ONG Marie Stopes para pedir su cierre.
“Queremos notificar a la organización Marie Stopes que no es bienvenida aquí y que no practicará abortos ilegales”, declaró a la AFP Bernadette Smyth, fundadora de la asociación “Precious Life”.
“En Irlanda, del norte o del sur, la población se ha pronunciado repetidamente en contra del aborto”, subrayó antes de tildar la actividad de la clínica de “negocio horripilante y mortífero”.
El establecimiento, que ofrece también servicios de planificación familiar y detección de enfermedades de transmisión sexual, practicará abortos no quirúrgicos y se ha comprometido a actuar “en el marco legal norirlandés”.
Este marco es particularmente restrictivo. A diferencia del Reino Unido, donde el aborto es legal hasta las 24 semanas de embarazo, en Irlanda del Norte sólo está permitido durante nueve semanas y únicamente si la vida de la madre corre peligro o hay riesgo para su salud física o mental.
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