El papa Benedicto XVI tuvo hoy una emotiva despedida en su última audiencia general, al decir que comprendía la gravedad de su decisión de convertirse en el primer pontífice en renunciar en casi 600 años, pero que lo había hecho por el bien de la Iglesia Católica.
Frente a unas 150,000 personas en la Plaza San Pedro el día antes de su renuncia, Benedicto XVI dijo que su papado había tenido momentos de alegría pero también dificultades, cuando “parecía que el Señor estaba durmiendo”.
Sentado en un trono color marfil en los pies de la Basílica de San Pedro y frecuentemente interrumpido por aplausos del público, el pontífice manifestó: “Hubo momentos en que las aguas estuvieron agitadas y en los que hubo viento de frente”.
Cuando concluyó su discurso ante el público, entre los que se encontraban muchos cardenales con mitras rojas, se puso de pie para aplaudir.
Benedicto XVI renunciará el jueves por la noche y luego los cardenales comenzarán las reuniones con miras al cónclave que elegirá un sucesor.
Joseph Ratzinger dijo que tenía mucha fe en el futuro de la actualmente atribulada Iglesia y agregó: “Dí este paso en completa conciencia de su gravedad y rareza, pero también con profunda serenidad”.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.