La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) aprobó hoy un plan que establece que las armas químicas de Siria deben ser sacadas del país y destruidas.
El plan prevé que el arsenal de unas 1,000 toneladas de agentes tóxicos mortales, que incluye gas sarín y gas mostaza, sea destruido fuera de Siria.
Sin embargo, tras el rechazo de Albania, que figuraba como posible candidato, no está claro en qué país se podrán destruir las armas químicas.
El Consejo Ejecutivo de 41 miembros de la OPAQ, con sede en La Haya, decidió también que las armas más peligrosas deben retirarse a finales de 2013 de Siria. Damasco aseguró que todas las demás instalaciones estarán destruidas para el 15 de marzo.
Pocas horas antes, Albania había rechazado la petición de Estados Unidos para destruir el arsenal. Al parecer, el gobierno en Tirana tomó esa decisión tras las fuertes protestas que se habían intensificado en todo el país ante esa posibilidad.
El primer ministro de Albania, Edi Rama, dijo que su país no estaba en condiciones de llevar a cabo la tarea. Albania había sido considerado como opción después de que en 2007 destruyera el arsenal de armas químicas que poseía desde la época comunista.
El director general de la OPAQ, Ahmet Ümzücü, deberá encontrar países que ayuden a sacar las armas del país de manera segura y a destruirlas. Noruega había señalado que estaba dispuesto a apoyar en el transporte de las armas, pero ninguna nación se declaró en condiciones de asumir la destrucción.
“La próxima fase será la más desafiante hasta el momento”, aseguró Ümzücü.
La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU establece que hasta mediados de 2014 tienen que estar destruidas todas las armas químicas que posee el gobierno de Bashar al Assad.
La OPAQ, integrada por 41 miembros, anunció el 31 de octubre que Siria había destruido todo su equipo declarado para la producción de armas químicas. La fecha límite era el 1 de noviembre. El organismo ya verificó 22 de las 23 instalaciones de armas químicas declaradas por Damasco.
La jefa de la misión conjunta de la ONU y la OPAQ, Sigrid Kaag, se refirió nuevamente a la difícil situación de seguridad en Siria. Según Kaag, el equipo de las Naciones Unidas y la OPAQ trabajan en estrecha colaboración con el Gobierno sirio y está en contacto con los rebeldes armados, a fin de garantizar la seguridad.
La operación de la OPAQ se implementó después de que en agosto se registrara un ataque con armas químicas contra un vecindario en las afueras de Damasco en el que murieron cientos de personas. Estados Unidos amenazó incluso a Siria con un ataque militar. Finalmente, a iniciativa de Washington y Moscú, Damasco aceptó destruir sus armas químicas bajo el control de la OPAQ.
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