Reuters (Bagdad)
Fuerzas del Gobierno iraquí iniciaron el sábado una ofensiva para recuperar la ciudad de Tikrit de manos de los militantes suníes, mientras los partidos buscaban una salida que puede poner fin al divisivo Gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki.
Los políticos en Bagdad y las potencias mundiales han advertido que, a menos que las fuerzas de seguridad recuperen las ciudades que se perdieron ante los insurgentes yihadistas y se forme rápidamente un Gobierno que una a las distintas comunidades de Irak, el país podría desintegrarse en líneas sectarias y amenazar a todo Oriente Medio.
Las tropas iraquíes intentaban avanzar sobre Tikrit, en el norte de Irak y a unos 150 kilómetros de Bagdad, desde Samarra.
Fuerzas especiales de Irak tienen francotiradores dentro de la Universidad de Tikrit, que entraron en helicópteros el jueves.
Fuentes de seguridad dijeron que los combatientes del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) abandonaron el edificio de la gobernación de Tikrit, y que más tropas del Gobierno han llegado por aire.
El portavoz de los militares iraquíes, Qassim Atta, dijo a medios en Bagdad el sábado que 29 “terroristas” murieron el viernes en Tikrit y que los comandantes de los militantes tenían problemas porque “su ánimo empieza a colapsar”.
No obstante, los militantes aún tienen el apoyo de algunas tribus suníes locales y de miembros del partido Baath, al que pertenecía Saddam Hussein, y que han sido marginados del Gobierno de Maliki.
Desde comienzos de junio, EIIL ha avanzado sobre áreas de mayoría suní en el norte y el oeste de Irak, con la captura de Mosul, la mayor ciudad del norte, y avanzan hacia el sur.
EIIL quiere establecer un califato islámico que se extienda desde el Mar Mediterráneo hacia Irak. Miembros del grupo han llevado a cabo ejecuciones masivas en la ciudad de Tikrit, según grupos de derechos humanos.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.