La autoridad de regulación financiera de Japón va a controlar los tres mayores bancos del archipiélago, tras saberse que uno de ellos, Mizuho, concedió préstamos a la mafia nipona, indicó hoy una fuente oficial.
A partir del 5 de noviembre, la Agencia de Servicios Financieros (FSA) investigará los procedimientos de control interno de Mitsubishi UFJ, Mizuho y Sumitomo Mitsui, según declaró a la agencia AFP un portavoz.
El escándalo se ha amplificado desde que a fines de septiembre la FSA exigió a Mizuho que dejara de conceder créditos a “fuerzas antisociales”, término empleado en Japón para referirse a organizaciones criminales cuyos miembros son conocidos como “yakuzas”.
Los “yakuzas” viven de diversas actividades lucrativas y a menudo ilegales, como el juego, la droga, la prostitución, la extorsión y el blanqueo de capitales a través de empresas respetables.
La agencia supervisora puso en evidencia 230 créditos a dichas organizaciones, por un monto total de más de 200 millones de yenes (1.5 millones de euros).
La FSA criticó además que no se tomara “ninguna medida consecuente” en el seno de Mizuho para poner fin a esas operaciones, “más de dos años después de que constatara la concesión de préstamos a muchas” de esas organizaciones mafiosas.
Los directivos del banco dijeron en un primer momento que ignoraban dichas operaciones, que atribuyeron a ejecutivos de menor rango, pero finalmente reconocieron que estaban al corriente.
En un informe entregado a la FSA ayer, Mizuho señaló que 54 directivos retirados y en activo serán sancionados, entre ellos el presidente del consejo de administración de Mizuho Bank, la filial bancaria del holding financiero Mizuho Financial Group.
Takashi Tsukamoto abandonará su cargo, pero seguirá al frente de ese holding. El director general del mismo, Yasuhiro Sato, deberá renunciar a seis meses de salario.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.