Al menos 123 personas murieron hasta ahora debido al duro invierno que vive Rusia, el más frío de los últimos 50 años, según informaron hoy las autoridades del país.
Además, siguen hospitalizadas 880 de las 1,700 personas que tuvieron que solicitar ayuda debido a las bajas temperaturas. Unos 250,000 niños de primaria o guardería no tienen clase a causa del frío.
Tan solo ayer murieron siete personas debido a las gélidas temperaturas, que cayeron hasta los -30°C. Muchos de los fallecidos eran personas sin hogar, y hay críticas sobre la falta de albergues.
Los expertos creen que podría haber más víctimas que no han sido contabilizadas, sobre todo en vista de que hasta el domingo las autoridades hablaban de 88 muertos.
En varias zonas al este de los Urales siguen las temperaturas de -30°C, pero los meteorólogos han pronosticado un significativo aumento de los termómetros para Moscú.
El Ministerio de Defensa Civil alertó de los peligros que entraña también la subida de las temperaturas, sobre todo por el posible desprendimiento de estalactitas de hielo de los tejados y las placas de hielo en las calles.
En la república de Tuvá, en el sur de Siberia, continúan las reparaciones en una central de calefacción. Un avión de protección civil llevó decenas de estufas a la región en la frontera con Mongolia en la que las temperaturas bajan desde hace días hasta los -40°C.
El jefe de gobierno local, Sholban Kara-ool, pidió a Moscú fondos extra para construir una nueva central que aguante mejor la dureza del invierno.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.