Francesca Immacolata Chaouqui es una joven italiana de ascendencia marroquí que hace un mes fue nombrada como uno de los ocho asesores en cuestiones financieras del Papa Francisco, pero su designación removió los cimientos del Vaticano.
Chaouqui, de 27 años y publicista con especialidad en relaciones públicas, tiene su pasado contra la Santa Sede, a la cual debe investigar y mejorar su estructura económica y administrativa.
Ella es amiga del periodista Gianluigi Nuzzi, quien publicó los documentos robados a Benedicto XVI por su propio mayordomo –el sonado caso Vatileaks– y no dudó en felicitarle por las filtraciones. “Menos mal que existes”, le dijo al autor del libro Su santidad.
Antes de ser nombrada, llegó a decir en Twitter que Joseph Ratzinger sufría leucemia y que el cardenal Tarcisio Bertone, su secretario de Estado, era un corrupto que ha convertido el Vaticano en un negocio personal.
La cuenta de Chaouqui (@FrancyChaouqui) ya fue desactivada por ella misma. Sin embargo, los medios italianos llegaron a hacer una copia previa de algunos de sus tuits más polémicos.
No obstante, el último mensaje escrito por la joven en Twitter —cuando se conoció su nombramiento— fue toda una declaración de inquebrantable adhesión al catolicismo y al nuevo Papa: “Mi corazón, mi fe, mi empeño, mi profesionalidad están al servicio de la Iglesia y del santo padre, siempre”.
Pero otro dolor de cabeza para ella es la reciente publicación de una imagen en la que se ve en un discreto desnudo junto a su novio, que tampoco sentó nada bien en la Santa Sede.
Mientras ocurre este revuelo mediático sobre ella, Chaouqui guarda silencio y el Papa se ha mantenido firme ante el nombramiento de su asesora.
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