La embajada de Francia en Libia sufrió un ataque con coche bomba, que dejó dos guardias franceses heridos y llevó la violencia a la capital tras una serie de incursiones contra sedes extranjeras en el este.
Este fue el primer ataque contra una misión diplomática en Trípoli, que se considera más segura que el resto del país del norte de Africa desde el final de la guerra del 2011 que derrocó a Muammar Gaddafi y que dejó a Libia repleta de armas y grupos armados.
Las embajadas han sido blanco de ataques en Libia, sobre todo uno contra la misión de Estados Unidos en la ciudad oriental de Bengasi en septiembre que causó la muerte del embajador estadounidense y otros tres ciudadanos de ese país.
Funcionarios estadounidenses dijeron que militantes con lazos con al Qaeda probablemente fueron los responsables del ataque, pero ningún grupo se lo había adjudicado hasta el momento.
El brazo de al Qaeda en el norte de Africa había advertido de una venganza por la intervención de Francia en Mali, pero no hay señales claras de quiénes estuvieron detrás del atentado de hoy.
Mohammed Sharif, jefe de la policía de Trípoli, señaló que “un dispositivo explosivo fue colocado en un automóvil estacionado afuera de la embajada”.
Una gran parte de la pared que rodea el complejo colapsó y una esquina del edificio de la embajada se desplomó. Muebles de oficina estaban desparramados por el piso y agua de un caño que explotó salía hacia la calle.
El presidente francés, Francois Hollande, condenó el ataque. “Francia espera que las autoridades libias arrojen luz sobre este acto inaceptable para que los autores sean identificados y llevados ante la justicia”, dijo el jefe de Estado en un comunicado.
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