El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció que presentó una carta de protesta al Vaticano por la supuesta participación en política del arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, a raíz de las críticas que formuló contra el gobierno.
“Hemos presentado la respectiva carta de protesta al nuncio apostólico, porque eso está prohibido por el derecho romano, por el acuerdo con la Santa Sede: el involucramiento, peor de obispos, en política”, dijo Rafael Correa en su programa semanal de radio y TV.
El mandatario, quien se define como un creyente católico de izquierda, cuestionó en duros términos a Arregui, uno de los líderes religiosos más influyentes del país, por las expresiones que formuló sobre las recientes protestas opositoras que dejaron decenas de heridos y detenidos.
“Por ahí ya salió un curita no hablando como pastor, sino como jefe de campaña del candidato del Opus Dei, y después se quejan de recibir respuestas políticas”, indicó Correa, en alusión a la supuesta cercanía de Arregui con el líder opositor Guillermo Lasso.
Sin mencionar directamente al arzobispo de Guayaquil, Correa se molestó por unas declaraciones de Arregui en las que llamó al gobierno a rectificar y a dialogar con las fuerzas de oposición, incluido un sector indígena, que se han movilizado.
“Se necesita rectificar, el gobierno, con su actitud y sus medidas, y los opositores han también de recapacitar”, declaró Arregui al canal Ecuavisa.
Al respecto, Correa dijo que “los curas no tienen derecho a participar partidariamente en política” y agregó que “cada vez que actúen como políticos, pues tendrán que recibir respuestas políticas”.
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