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El drama de las swara o las niñas novias de Pakistán

Pequeñas son entregadas como compensación para resolver disputas tribales en ancestral sistema de justicia de la etnia pashtun.

Estos matrimonios de niñas swara terminan siendo una forma de venganza. (AP)
Estos matrimonios de niñas swara terminan siendo una forma de venganza. (AP)

El Centro Internacional para el Estudio de la Mujer (ICRW) estima que 51 millones de menores están casadas en el mundo y cada tres segundos una niña contrae nupcias con un hombre mucho mayor que ella.

Esta realidad es cotidiana en el noroeste de Pakistán, donde la etnia pashtun se rige con un ancestral sistema judicial que permite estas uniones, incluso en niñas de cinco años, como compensación para resolver disputas tribales en una costumbre que se conoce como swara.

Este es el caso de Nazia, una adolescente de 12 años quien a los cinco fue entregada en matrimonio por su padre a modo de compensación por el asesinato que un tío suyo había cometido.

Ella recuerda que fue llevada a una jirga, es decir, una asamblea local de ancianos, donde fue exhibida como una mercancía frente al círculo de hombres y examinada por el futuro marido.

Los hombres de su familia alegaron, sin éxito, que ella era demasiado niña para ser dada en matrimonio. Pero en una inesperada decisión, la jirga acordó que no se entregara a la menor de inmediato.

Ahora Nazia tiene terror a crecer porque sus padres no pueden posponer más su destino, ya que a los 14 años la mayoría de las niñas novias ya están embarazadas.

En la práctica, ese matrimonio es solo una forma de venganza. Las niñas swara son el blanco de todo el odio en su nuevo hogar. Son torturadas emocionalmente y a veces violadas por otros hombres de la familia, es decir, sufren por un delito que no cometieron.

“Me apuntan con el dedo en las calles y me dicen ‘la niña swara’; se burlan de mí. Es muy doloroso y no lo entiendo… Me duele y me molesta. ¡Estoy harta de esta sensación! ¡Tengo miedo todo el tiempo! Preferiría no salir nunca de la casa. La gente me da miedo, toda la gente. No confío en nadie”, expresó Nazia en artículo difundido por el diario El Tiempo de Colombia.


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