El presidente Raúl Castro presidió el desfile del 1º de Mayo en La Habana, donde unos 300,000 cubanos rindieron tributo a la memoria del fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez y marcharon por un “socialismo próspero y sostenible”.
Vistiendo una guayabera blanca, Castro, de 81 años, presenció junto a dirigentes de Partido Comunista y jefes militares la multitudinaria marcha en la tribuna de la Plaza de la Revolución, desde la cual se observaba una enorme imagen de Chávez en la fachada de la Biblioteca Nacional.
Agitando banderas cubanas y venezolanas, los cubanos desfilaron durante hora y media frente a la tribuna, mientras una pantalla gigante de televisión montada sobre un camión difundía videos de Chávez, fallecido el 5 de marzo en Caracas a causa de un cáncer, y del actual presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien ratificó su “alianza estratégica” con la isla, en una visita que realizó la pasada semana.
Chávez fue “el mejor amigo que tuvo el pueblo cubano”, dijo Salvador Valdés, miembro del Buró Político del Partido Comunista (PCC), único orador de la jornada.
“Rendimos especial homenaje al inolvidable comandante Hugo Chávez Frías, y expresamos el más profundo cariño y admiración a ese gigante”, y al nuevo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, “llegue nuestra solidaridad y la determinación de seguir juntos en el camino por la verdadera integración de nuestros pueblos”, añadió.
Más de 2,000 líderes sindicales de 73 países participaron en el acto, que se celebró también en cada una de las 15 provincias del país —en total desfiló medio millón de personas—, así como 1.500 estudiantes de otras naciones que cursan carreras en la isla.
En Santiago de Cuba, 900 kilómetros al sureste de La Habana y segunda ciudad en importancia de la isla, el desfile fue presidido por el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel.
A tono con la convocatoria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC, única) a marchar por un “socialismo próspero y sostenible”, Valdés llamó a los cubanos a “continuar elevando de manera sostenida los niveles de producción, la productividad del trabajo”, la “calidad de los servicios” y al “uso más racional de los recursos para alcanzar la eficiencia que el país requiere”.
Convocó a “elevar el enfrentamiento a las indisciplinas y todo género de ilegalidades, así como cualquier manifestación de corrupción que atentan contra las bases de nuestro sistema social”.
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