Ya se anunció que el cónclave para elegir al nuevo Papa, que sucederá a Benedicto XVI, se realizará este martes 12 de marzo. Pero este puede ser un proceso más largo y disputado de lo que se espera, al estar lleno de detalles y requerimientos.
Según se estipula en la Constitución Apostólica ‘Universi Dominici Gregis’, se necesitará los dos tercios de los votos de los cardenales para definir al Sumo Pontífice. Dado que son 115 los participantes en esta ocasión, el elegido requerirá al menos 77 votos.
El encuentro se llevará a cabo, como es tradición, en la Capilla Sixtina, adonde los purpurados llegarán en procesión. Una vez allí, harán un juramento por el que se comprometen a mantener el secreto de la ceremonia. Para ello también se han instalado severos controles contra medios audiovisuales de grabación y trasmisión exterior.
Los electores no podrán realizar pactos, acuerdos o compromisos. En el caso de que se compren votos, todos los culpables serán excomulgados, pero el voto será válido.
LA VOTACIÓN
Una vez reunidos, se repartirán las papeletas, donde cada cardenal tendrá que escribir el nombre de su elegido con una letra irreconocible, para no identificar a los autores de los votos.
Luego, cada uno depositará su ‘cédula’ sobre un plato y con este la introducirá en una urna, tras decir las siguientes palabras: “Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”.
Mientras no se llegue a un elegido con suficientes votos, se realizarán dos votaciones por la mañana y dos por la tarde. Después de tres días sin elección, se tomará un día de pausa y oración. Así sucesivamente, hasta que se encuentre el consenso.
De no darse la elección hasta el escrutinio 34, se procederá a realizar la votación entre los dos cardenales con más votos. El ganador también necesitará dos tercios de los votos.
Cuando por fin se tenga al elegido, se quemarán todas la papeletas y se soltará el humo blanco. El cardenal decano –que será Giovanni Battista Re– tendrá que consultar su consentimiento al nuevo Papa. “¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?”.
Si acepta, se le preguntará cómo quiere ser llamado y se procederá al anuncio con la conocida fórmula “Habemus Papam”.
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