El hijo que tuvieron en 2007 el presidente de Bolivia, Evo Morales, y la empresaria Gabriela Zapata, investigada por supuesto enriquecimiento ilícito, está vivo, afirmó hoy una familiar de la expareja del gobernante.
En declaraciones separadas a los canales privados Unitel y PAT, una tía de Gabriela Zapata, Pilar Guzmán, negó que el niño haya muerto, como afirmó el mandatario a principios de este mes, e indicó que tiene entre ocho y nueve años y que se encuentra en La Paz.
“Sí, está vivo, yo lo he tenido en mis brazos”, dijo Guzmán a PAT, al ser consultada si el menor está vivo.
La tía de Zapata señaló a Unitel que la mujer también tiene una hija de cuatro años, producto de otra relación, quien se encuentra actualmente en su domicilio en la zona sur de La Paz.
Guzmán se quejó de que hoy no les permitieron ingresar a la vivienda a ver cómo se encuentra la niña.
Ninguna autoridad del Ejecutivo se ha pronunciado hasta el momento sobre las declaraciones de Guzmán.
Zapata fue arrestada el viernes, a solicitud del Ministerio de Transparencia, que le inició una investigación por los supuestos delitos de “legitimación de ganancias ilícitas y enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado”.
La mujer pasó la noche en una celda policial y comparecerá este domingo ante un juez cautelar.
El Ministerio de la Presidencia también presentó una querella contra Zapata y dos funcionarios que trabajan en esa institución, quienes “supuestamente facilitaron bienes del Estado” para que la empresaria “pueda ejercitar ciertos actos” referidos a los delitos por los que se le investiga, dijo hoy el fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero.
El presidente Evo Morales ha reconocido que Zapata fue su pareja entre 2005 y 2007 y que de la relación nació un niño que, según el mandatario, falleció poco después.
La detenida fue hasta hace una semana gerente comercial en Bolivia de la empresa china CAMC Engineering (Camce), que en los últimos años firmó contratos con el Gobierno de Morales por valor de 566 millones de dólares, la mayoría por invitación directa tras haberse descartado licitaciones.
La relación de Zapata con Morales y los contratos de Camce con el Estado derivaron en una denuncia del periodista Carlos Valverde sobre un supuesto tráfico de influencias, que el mandatario y su exnovia han negado.
A petición del gobernante, las contrataciones estatales con la firma china están siendo investigadas por la Contraloría General del Estado, dirigida por un oficialista, y por una comisión del Parlamento, en el que el partido de Morales tiene la mayoría.
El Gobierno de Evo Morales también rescindió uno de los contratos que tenía con Camce y cobró unas garantías bancarias por 22,8 millones de dólares por el incumplimiento de la obra.
Además, el Ejecutivo decidió excluir a la empresa china de las licitaciones que se sacarán a concurso para construir carreteras que se financiarán con un crédito del país asiático por 7.000 millones de dólares.
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