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Barack Obama amenaza con gobernar por decreto para evitar al Congreso

“El país no se detiene y yo tampoco lo haré”, expresó mandatario de EEUU para tratar de romper lentitud legislativa.

Barack Obama no esperará al Congreso para aprobar nuevas medidas. (Reuters)
Barack Obama no esperará al Congreso para aprobar nuevas medidas. (Reuters)

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió anoche que evitará a un Congreso dividido y tomará acciones por su cuenta para fortalecer a la clase media, en un discurso sobre el Estado de la Unión que aprovechó para tratar de revivir se segundo mandato después de un año difícil.

“Estados Unidos no se queda quieto y yo tampoco lo haré”, exclamó el mandatario. También prometió actuar “donde quiera y cuando quiera para dar pasos sin legislación” con las herramientas que tiene al margen del Congreso: “bolígrafo” (para firmar decretos) y “teléfono” (para movilizar seguidores).

De pie en la Cámara de Representantes frente a legisladores, jueces de la Corte Suprema e invitados de honor, Obama declaró su independencia del Congreso mediante una serie de medidas ejecutivas, una maniobra que podría complicar las ya tensas relaciones entre el presidente demócrata y los republicanos.

Las acciones de Obama, aunque fueron relativamente modestas, muestran en conjunto su frustración por el ritmo de la actividad legislativa con los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes y pueden frenar la agenda del presidente.

De esta manera, el jefe de Estado norteamericano ofreció planes modestos y específicos amenazando con gobernar por decreto para evitar al Congreso, que ha dejado marchitar sus grandes planes de reformas.

Las medidas de Obama incluyeron un aumento salarial para los trabajadores federales contratados, la creación de una “cuenta de ahorro inicial” para ayudar a millones de personas a ahorrar dinero para la jubilación y planes para establecer nuevas normas de eficiencia en consumo de combustible para camiones.

Obama dijo que se vio impulsado a actuar por la creciente brecha entre ricos y pobres y el hecho de que si bien el mercado de acciones ha subido, los sueldos promedios apenas se han movido.

“La desigualdad se ha profundizado”, dijo Obama. “La movilidad se ha paralizado. El frío hecho es que incluso en medio de la recuperación, demasiados estadounidenses están trabajando más que nunca sólo para sobrevivir, sin poder salir adelante. Y muchos aún no están trabajando”, agregó.

La estrategia de Obama implica que dio marcha atrás con su ambición por más acciones legislativas y quiere centrarse más en iniciativas de menor calibre que puedan reducir la desigualdad en los ingresos y crear más oportunidades para los trabajadores de clase media.

Obama, sin embargo, reiteró su llamado a que los el Congreso apruebe proyectos que permanecen estancados. Pidió a los legisladores que le den la autoridad para negociar con rapidez tratados de comercio internacional, una propuesta que ha sido frenada por la oposición de los demócratas.

Respecto a una de sus principales prioridades, la reforma migratoria, Obama instó al Congreso a trabajar juntos en una revisión, pero moderó sus críticas a los republicanos ante señales de posibles avances que aparecieron en los últimos días entre los republicanos de la Cámara de Representantes.

“Economistas independientes dicen que una reforma migratoria hará crecer nuestra economía y reducirá el déficit en casi un billón de dólares en las próximas dos décadas. Y por una buena razón: cuando la gente viene aquí a cumplir sus sueños hacen de nuestro país un lugar más atractivo para que se instalen las empresas y para generar empleo para todos”, exclamó.

Obama tampoco adoptó una medida que los partidarios de una reforma le han pedido que tome. No emitió una orden ejecutiva para congelar las deportaciones de padres de niños que fueron llevados a Estados Unidos de manera ilegal. “Hagamos la reforma de inmigración este año”, remarcó.

Este alegato por la reforma migratoria, que no se llevó más de un párrafo del discurso presidencial, arrancó una encendida ovación entre los asistentes, con el aplauso incluso del líder de la mayoría republicana en la Cámara, Eric Cantor.

En lo relativo al sistema de salud, el tema que golpeó a su presidencia y llevó a muchos estadounidenses a perder la confianza en él, Obama defendió la ley de reforma que firmó en el 2010, pero no profundizó mucho en ella, instando a los ciudadanos a inscribirse en la cobertura de seguros antes del plazo del 31 de marzo.

“No espero convencer a mis colegas republicanos de los méritos de esta ley”, señaló Obama. “Pero sé que el pueblo estadounidense no está interesado en revivir batallas pasadas”, añadió.


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