Unas 27,000 personas evacuadas de los alrededores de la devastada central nuclear japonesa de Fukushima fueron excepcionalmente autorizadas a pasar las fiestas navideñas en sus casas abandonadas, anunciaron los alcaldes de varias municipalidades.
Las ciudades de Minamisoma, Naraha, Kawauchi e Iitate, en particular, han permitido a parte de sus exresidentes de distintos barrios a volver a sus hogares por algunos días, durante Navidad y Año Nuevo, siendo que estaba prohibido pernoctar en las mismas.
Partes de estas ciudades pueden ser visitadas durante el día para limpiar y descontaminar las viviendas, que siguen siendo consideradas inhabitables en tanto se mantengan niveles de radioactividad por encima de lo considerado aceptable, y hasta que las infraestructuras vitales no sean reconstruidas.
Este año, las viviendas podrán ser ocupadas por sus exmoradores entre el 25 de diciembre y el 7 de enero (o desde 28 de diciembre al 5 de enero, según los casos), tras inscribirse previamente ante las autoridades competentes.
Sin embargo, no parece que esta “prebenda” sea aprovechada por miles de personas que nunca más durmieron en sus casas tras la catástrofe en la central nuclear de Fukushima Daiichi, ocurrida hace dos años y nueve meses.
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