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"Todas las chicas de Seúl vivimos bien"

“Siempre digo ‘zapatero a tus zapatos’ y solo me meto en aquello que conozco. Si ingreso en política trabajaría por el deporte”, nos dice Denisse Fajardo, figura del equipo de vóley que obtuvo la Medalla de Plata en Seúl 88.

Foto: Luis Gonzales.
Foto: Luis Gonzales.

Denisse Fajardo,Voleibolista
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Denisse Fajardo, figura de la mejor época de nuestro vóley, nos recibe en su casa y nos dice: “El 18 y el 19 de setiembre, todos los peruanos unámonos a la colecta de la Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer. Como yo digo, si juntamos muchos granitos de arena podemos construir una montaña”. Tratada de cáncer, es uno de los rostros de esta institución que la semana próxima realiza su colecta. Visite: www.ligacancer.org.pe

Aunque es una tarea difícil, chicas como Gaby Pérez y tú lograron hacer del vóley su profesión…
(Ríe). Yo jugué 11 años en Italia. Mi meta era salir al extranjero para darle lo mejor a mi madre… y pude hacerlo. Crecí en Tahuantinsuyo, en Independencia, y luego me mudé al Rímac. Más tarde estuve en Surco, por Precursores, donde a las voleibolistas nos regalaron una casa.

¿Vuelves a Tahuantinsuyo?
No, pero me encuentro con mis amigas y comadres de por allá. Viví lindas cosas: jugar con la tierra, a la cocinita, chanca la lata, etcétera. ¡Qué íbamos a imaginar un iPhone! (ríe).

¿Dónde aprendiste el vóley?
En la calle, pero todo se reforzó cuando una amiga me llevó a jugar al club Sanitas. Allí tuve como maestro a Víctor Chara, quien me formó como jugadora.

Uno recuerda que Gaby Pérez era un poco torpe…
Gaby es hechura de Man Bok Park. Yo hago deporte desde chiquita, y empecé con la gimnasia… y eso me ayudó a formarme. Una de mis virtudes era el doble salto –como Jordan– y la capacidad para quebrarme.

¿Ves en ‘Las matadorcitas’ aspectos que puedan vincularlo con el equipo de Seúl?
Son dos épocas distintas. Dentro de lo que he visto, me gusta mucho Angelita Leyva, quien tiene unas condiciones increíbles que la emparentan con Anacé Carrillo.

¿Cómo le damos continuidad a este proceso?
Tienen que seguir entrenando muy duro, poner los pies sobre la tierra. Hoy tienen regalos, mucho calor humano, la gente las saluda, el periodismo las hace estrellas, pero son niñas que están comenzando, que tienen que ir paso a paso y que, obviamente, son nuestro futuro.

¿Qué evitó que ustedes se marearan?
(Suspira). Man Bok Park nos formó bien. Nuestra meta era estudiar, ser alguien en la vida y ganar todos los títulos posibles. Si te das cuenta, todas las chicas de Seúl somos laureadas, universitarias, todas trabajamos y vivimos bien. Éramos 12 chicas que convivíamos casi las 24 horas y, en ese proceso, peleábamos, pero a la hora de entrar a la cancha éramos un puño.

¿Quién era tu cómplice?
La ‘China’ Rosa García… hasta ahora. Me llama y me friega, me obliga a levantarme (ríe).

¿Y cómo ves que Gaby Pérez y Cenaida Uribe se peleen?
No estuve cuando eso pasó y no quiero tocar ese tema porque no estoy al tanto de lo sucedido. Todos debemos tirar hacia el mismo lado, y que esto no sea así por la política no me parece. Sé que esto se va a arreglar porque así nos formaron a nosotras.

¿Te gusta el ‘estilo Natalia’?
Sí. Natalia es muy particular, siempre ha sido así. Debe tener un poquito más de cuidado frente a las cámaras de la TV, pero en ella todo es espontáneo.

¿Cuando eran compañeras te gritaba?
¿A mí? Imposible (risas). Yo siento que se ha dado cuenta de que debe controlarse y hoy es mucho mejor entrenadora.

¿La política te interesa?
Me interesa ayudar, tal y como lo estoy haciendo ahora con la Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer. Yo siempre digo “zapatero a tus zapatos” y solo me meto en aquello que conozco. Digamos, si ingreso en política trabajaría por el deporte.

Como voleibolista nos has dado muchas alegrías, pero imagino que has tenido algunos momentos tristes…
El día más triste fue cuando falleció mi madre por un cáncer al endometrio. Dentro de una cancha tengo el carácter fuerte, pero fuera de ella soy muy sensible. Además, adoraba a mi mamá pues ella fue madre y padre para mí. Justo antes de las Olimpiadas de Seúl 88 ya había muerto mi abuela, también de cáncer, justo un día después de mi cumpleaños (Denisse cumple años el 1 de julio).

¿Cómo enfrentaste el cáncer?
Tranquila. Sabía que esa noticia iba a llegar algún día porque toda mi familia padece de ese mal. Cuando el doctor me lo dijo, le respondí: “Ya, ahora qué hacemos” (ríe). “¿No has entendido lo que te he dicho?”. “Sí, doctor, pero el próximo mes, diciembre, tengo programado un viaje a Máncora: me voy de vacaciones, y no pienso pasar ni Navidad ni Año Nuevo en la clínica. Me opera después de las fiestas” (risas). Al final, negocié con él: me operé el 28 de diciembre y el 30 le dije que me iba. Mi madre decía que si uno se quedaba en el hospital un día de fiesta, se quedaba allí todo el año. Como buena ludópata, creo en las cábalas, pues (risas).

AUTOFICHA

- Yo soy una mujer de carácter y de ritos: jamás trabajo por las mañanas –me levanto a las 10 a.m.– y recién por las tardes voy a mi academia y demás tareas.

- Me llevo bien con los niños. Por eso, puse una academia en Surco y en el Club AELU. He llevado cursos de entrenadora en el Perú y el extranjero.

- ¿Además del vóley me gusta otra cosa? Le hago barra a mi esposo porque a él le gusta el paintball (risas). Soy su jefa de barra. Tengo un hijo que estudia en EE.UU.


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