Tiempo al tiempo

Lucía de Althaus,Opina.21
parentalidad.pe

En psicoterapia se puede observar con claridad cómo respetar el tiempo de cada paciente es fundamental. Si lo invadimos con interpretaciones cuando todavía no está preparado para escucharlas y entenderlas, las negará y se bloqueará. Se dice entonces que el terapeuta debe “aguantar” la interpretación –a pesar de tenerla clara desde el principio– hasta el momento en el que el paciente esté a punto de decirla por sí mismo. Solo ahí será capaz de pensarla logrando un efecto positivo y esclarecedor.

Lo mismo sucede con los niños. Nos desesperamos como padres porque nuestros hijos interioricen todas las normas de convivencia (que saluden, que acepten todas nuestras consignas, etc.) desde que tienen un año, pero ellos nos demuestran de diversas maneras que muchas de esas expectativas todavía no son capaces de entenderlas o llevarlas a cabo. Como no están listos, no hacen caso o se rebelan en pataletas. Esto es interpretado como “malacrianzas” o “niño terrible”, cuando en muchos casos está siendo lo que le corresponde ser: un niño que tiene ciertos tiempos, inclusive neurológicamente hablando, para entender y contener sus impulsos. Tiempo al tiempo. Si los presionamos, se bloquean.