¿Qué beneficios has obtenido gracias al yoga?
Practico yoga desde hace diez años. A nivel mental, creo que una de las cosas más importantes es que me ha brindado claridad de pensamiento. Trabajar en la respiración y ser constante en ello me ha hecho ser más objetiva, manejar mejor mis emociones, no ahogarme en un vaso de agua, dejar de ser impulsiva. A nivel físico, soy mucho más ágil y flexible.
¿Qué fue lo que más te costó?
Entender que tenía que escuchar a mi cuerpo. Es decir, no exigirme más de la cuenta y ser capaz de hacer una pausa. Recuerdo que un instructor me vio muy acelerada con las posturas. Me llamó, me paró frente a la clase y me preguntó: “¿Cuál es tu apuro? Si tienes toda la vida para practicar, ¿por qué corres?”. Y tenía razón, yo quería hacer todo rápidamente.
¿Cualquiera puede practicar yoga?
Por supuesto. Se empieza desde abajo, con posturas sencillas, y se avanza poco a poco. En mi clase tengo maratonistas, tablistas y adultos mayores de 65 años. Cada uno va a su propio ritmo y, por más simple que sea una postura, igual se trabaja y se obtiene beneficios.
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