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"El teatro es un bien de primera necesidad"

“Actuar es como jugar un juego que no sabes hacia dónde te va a llevar, es un laberinto que va por todos lados”, nos dice Miguel Iza, uno de los protagonistas de El método Grönholm y próximo protagonista de Ricardo III.

Foto: César Fajardo.
Foto: César Fajardo.

Miguel Iza,Actor
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

En El método Grönholm, la comedia que se presenta de jueves a lunes en el teatro Pirandello (Petit Thouars cuadra 10, Santa Beatriz), Miguel Iza es un ejecutivo que está dispuesto a todo por conseguir un puesto de trabajo en una transnacional. Pero Iza dice que, en la vida real, no es así. En esta charla, además, muestra un lado crítico que lo aleja de la medianía (y de la diplomacia).

¿En la vida real te pareces a tu personaje en El método Grönholm?
No. Yo no sé si soy noble o bueno, hasta podría ser llamado zonzo, pero no se me ocurriría pasar por encima de alguien para conseguir algo. Cuando he tenido algún casting complicado, he sido yo quien ha dicho: “No nos hagamos problemas, quédense con el otro actor, yo me voy”.

¿Buscando trabajo has pasado por situaciones incómodas, que te hayan hecho sentir fuera de lugar?
En todos los casting que he hecho en mi vida me he sentido así (ríe). Es una situación bien complicada. Cada casting implica una decisión: te dirán si sirves o no sirves.

Uno pensaría que, por tu experiencia, no pasas por esto…
(Ríe). Siempre ha sido así, nadie tiene ganado el cielo. La actuación, como cualquier otro, es un oficio selectivo. La única ventaja que tengo es que los actores de mi edad somos tres o cuatro, los demás se han ido muriendo, retirando. A los 45 años no tienes competencia (ríe). Provengo de una época donde casi no se hacía teatro, con una escena pequeña donde la gente dejaba de hacer las cosas que le gustaban por las cosas necesarias. Y, claro, cuando estás viejo te conviertes en una ‘costumbre’ para los directores y los productores.

¿Has ‘vivido’ o ‘sobrevivido’ del teatro?
Las dos cosas. En general, se podría decir que esta es una buena época para el teatro pero, en realidad, lo que hay es plata. Hoy se invierte en sectores en donde antes no se hacía, y el sector cultural es, hoy, un buen negocio. Si le metes dinero a algo, es probable que tengas éxito, cuando menos mediano. El talento siempre estuvo, el problema es que no había plata. Si juntas talento y plata, empiezan a salir cosas buenas; el problema es cuánto tiempo va a durar esto, pues la inversión privada no va a estar siempre, no genera una continuidad; más que a un boom, se parece a un bluf. Si el Estado no se mete en la cultura, tarde o temprano esto va a acabar, pero, lamentablemente, no veo ningún interés en él para promover la vida cultural del país.

¿Y hoy qué está pasando con nuestra vida cultural?
Si te fijas en la televisión, la gente va a buscar referentes nacionales, locales. Entonces, si no los encuentra en la TV, los busca en el teatro. Por eso se inició este llamado boom. Sin embargo, como lo que se produce hoy en la televisión es de baja calidad, tenemos un público de baja calidad. Si la TV es amarilla y pobre, la gente consume esto, y sus referentes pasan a ser el golpe, el insulto, la grosería, la burla fácil. Esto es lo que la gente ha consumido durante mucho tiempo. Y también va al teatro en busca de esto, no hay otra explicación si ves que se ríe con un ‘carajo’, con un ‘puta madre’, y estos no tienen ningún sentido. En una función cambié un ‘puta madre’ por ‘enorme’ y la gente ni se inmutó, y el sentido era el mismo.

Es decir, el público peruano no anda bien…
Tenemos un público muy malformado, muy maleducado, bastante pobre. Recuperarlo no sé cuánto tomará. Hay que acercarnos al público no como fuente de ingresos sino como fenómeno, al que hay que reeducar; buscar otra manera para que se dé cuenta de que la cachetada o el ‘carajo’ no son referentes culturales.

Como espectadores, entonces, nos falta una visión crítica…
Sí. Y esto te lo da la continuidad, y la continuidad no te la da un movimiento privado sino uno que parta del Estado; de lo contrario, las oportunidades van a estar solo del lado de la gente que tiene dinero. Hoy solo va al teatro quien tiene dinero pues, siendo un bien de primera necesidad, no es barato. Hay mucha gente con talento, con una historia que contar, pero no puede hacerlo porque no tiene dinero y, en estos casos, el único lugar de donde este puede salir es el Estado.

¿Por qué el teatro es un bien de primera necesidad?
Nos han machacado durante años que la cultura es algo frívolo, pero alimentar el alma, ir al teatro, es un bien de primera necesidad. Toda sociedad medianamente inteligente y evolucionada lo ha entendido así, salvo el Perú. El otro día sacábamos la cuenta y, en América Latina, uno de los pocos países cuya cultura no recibe apoyo estatal es el Perú, lo que resulta vergonzoso, ridículo y hasta patético.

Protagonizarás Ricardo III
(Ríe). Ricardo III, como personaje dramático, es el malo por excelencia. Nadie lo ha podido superar. Es un ser humano que tiene todos los defectos y taras, y quizás por eso es tan interesante; es el malo más bueno que hay (risas).

AUTOFICHA

- Además de actuar, trabajé en sistemas; me iba muy bien, me podía haber quedado allí y estaría con mucha plata, pero, puesto a elegir, me quedé en la actuación.

- Si se venden más diarios ‘chicha’ es por culpa de los diarios ‘serios’, que no han sabido hacer bien su trabajo, por no conectar con la gente.

- Haré Ricardo III, es el malo por excelencia. Es un ser humano que tiene todos los defectos y taras, y es muy interesante; es el malo más bueno que hay (risas).


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