Carlos Basombrío,Opina.21
cbasombrio@peru21.com
Creo que el Perú necesita una izquierda moderna y democrática, así como también una derecha liberal y solidaria. Bienes escasos en ambas.
Las izquierdas están desconectadas de la sensibilidad popular y ancladas en ideas anacrónicas. Luego de haberse supeditado al proyecto “nacionalista” de Humala –que ni bien llegó al poder les dio una patada donde duele más–, hoy van a la deriva y sin mayores expectativas para el 2016.
Creo que sus dos problemas centrales son una visión instrumental de la democracia y su incapacidad para entender el rol de la inversión privada. Así, salvo pocas excepciones, son tremendamente tolerantes con los abusos a las libertades y los derechos humanos cuando estos provienen de gobiernos de izquierda (por ejemplo Cuba, Nicaragua y Venezuela). En lo otro, más allá de una tímida retórica, se siguen oponiendo a la inversión privada. El caso de Conga es paradigmático. No tenían en realidad intención de demandar mejoras al proyecto, sino que buscaban tumbárselo por razones ideológicas. Y lo lograron. Con lo que Cajamarca perdió, en dominó, inversiones por más de 20,000 millones de dólares con las consecuencias que están a la vista.
Creo que la izquierda necesita nuevas ideas y una profunda renovación generacional, pero no hay indicios de que eso esté ocurriendo.
Termina Tapia su artículo sosteniendo que la unidad es, en sí misma, síntoma de renovación. Mal argumento. Sería lo mismo que, dado su indudable arrastre popular, las derechas optasen por estar unidas en torno al fujimorismo, epítome de la derecha autoritaria. Sería un tremendo retroceso el que no pudieran distinguir que hay uniones que hacen mucho daño.
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