Con el reciente traslado de las subversivas se ha debilitado la estructura de mando de Sendero Luminoso en el penal de mujeres de Chorrillos, más aún si Elena Iparraguirre está aislada en una celda como corresponde.
Separadas perderán su composición de mando y su ideología, y junto a las internas comunes –aunque sean peligrosas– no podrán mantener su disciplina de organización y menos podrán tomar el control de un penal como lo hicieron en los últimos diez años, amenazando a todo el mundo. Sendero logró recomponer su estructura gracias a la flexibilidad carcelaria que le otorgaron los últimos gobiernos. Un error fue ubicarlos en un solo pabellón, como en Chorrillos.
Por eso, si esta separación de las terroristas continúa indefinidamente, el secreto de sus acciones se acabó porque las presas comunes, por más avezadas que sean, no tienen ideología y van a dar el “soplo” a las autoridades cuando se organicen, planeen o busquen algo.
Las senderistas nunca van a cambiar, por eso hasta ahora se desconoce a título de qué han negociado con los gobiernos, si han estado rendidos en los penales.
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