23.NOV Sábado, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
Clasificados
Opinión

Hace poco me encontraba en una columna de Balo Sánchez León un tema recurrente en él: las cuitas de una clase media blancona, miraflorina, ilustrada y ya sesentona, a la que le fue de perros en los 80 con la hiperinflación tras tener cierta holgura familiar en los 60 y harto empleo estatal en los 70, y que no supo engancharse al cambio económico que –felizmente– se dio por las reformas de 1992, por lo que ahora subsiste recordando con amargura viejas glorias, menospreciando a la juvenil y cholona clase media emergente, odiando al fujimorismo que supuestamente les arruinó la vida, aún apostando al rojerío/caviar, idolatrando a tótems falsos como JDC y viviendo de las ONG, las consultorías y la academia (particularmente de esa universidad que han usurpado).

Aldo Mariátegui,Ensayos impopulares
amariategui@peru21.com

El buen Balo se quejaba de que “ellos” con las justas habían tenido su VW (o Toyota a lo más), que comprar un “depa” les había costado muelas y que todo consumo en general les había significado muy difícil. Es que el problema que Balo no entiende es que él y ese sector fueron precisamente víctimas de esas políticas de izquierda que aún neciamente preconizan (basta leer las tonteras de la oenegenera revista Quehacer que él dirige por DESCO ), que precisamente si nuestro país vivió esos largos años de pesadillas de escasez y ajustes desde el velasquismo fue por esas políticas absurdas que él aún preconiza. Que si un clasemediero de hoy puede comprarse un auto a crédito o un piso por hipoteca, viajar, vacacionar, comer en restaurantes y vestirse mucho mejor es precisamente por una economía liberal. Es trágico que Balo y su caviarada/roja sean tan envidiosos y quejumbrosos: ellos fueron víctimas de su propia medicina (con las que también nos jodieron bien a otros), la que aún hoy en día siguen increíblemente pregonando.


Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.