08.MAY Miércoles, 2024
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"Sabía que iba a ser campeón mundial"

“Cuando uno ya tiene responsabilidades, pelea por la familia, por los hijos. El futuro de ellos lo he construido a golpes, peleando”, dice ‘Chiquito’ Rossel, quien apoya a la Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer.

Foto: Mario Zapata.
Foto: Mario Zapata.

Alberto Rossel,Boxeador
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Nuestro campeón mundial Alberto ‘Chiquito’ Rossel apoya la campaña ‘Ponte Rosa’, de la Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer, e invita a la gente, por el Día Mundial de Prevención Contra el Cáncer de Mama, que es el sábado, a realizarse un despistaje preventivo que, además, es gratuito. “Y, ojo, los hombres también pueden tener cáncer de mama”, agrega.

Con sinceridad, ¿sentiste que ganaste tu última pelea?
Sí. Fue una pelea complicada, pero, si quieres ganar un título mundial, no puedes perder los últimos rounds, sobre todo si eres el retador, y allí falló mi rival, el mexicano José Zúñiga. Yo estaba lastimado, tenía un corte en la cabeza, pero, igual, apreté bien en los últimos rounds y, por eso, mantuve el título.

¿Ayuda salir al ring sabiendo que eres el campeón?
Por supuesto, sentirse campeón te da fortaleza. Uno no quiere perder el cetro, algo que costó ganar muchísimo, pero hay que demostrar que uno merece retenerlo, que uno es el campeón.

Eres nuestro primer Campeón Mundial de Box. ¿Te convertirás en leyenda?
Me gustaría. Empecé en el box a los 13 años, y ha sido un orgullo para mí ser campeón bolivariano, sudamericano; haber asistido a una Olimpiada y, luego, ser Campeón Mundial y defender con éxito el cetro en varias ocasiones. A mi edad, 36 años, muchos ya pensarían en el retiro, pero yo estoy entero, fuerte, quiero seguir peleando.

¿Cómo te estás preparando para tu vida fuera del ring?
Sé que en algún tiempo tendré que dar un paso al costado, que el box no durará toda la vida, pero ya me estoy proyectando: construyo un proyecto grande, donde he invertido todo lo ganado desde que soy campeón del mundo: un gimnasio de box, con mi nombre, en Los Olivos.

¿Los peruanos tenemos raza para el boxeo?
Sí. Acá hay mucho material humano para trabajar, solo hay que incentivarlo, motivarlo. Me dedicaré a buscar gente con ganas de superarse. Hay muchos que practican boxeo, pero pocos son los que quieren lograr algo importante; nos falta un poco de ambición, creer en nosotros mismos.

El otro día entrevisté a Carlos Galdós y él te ponía como ejemplo de lo que es un ‘cholo power’…
(Ríe). Por supuesto. Yo he vendido marcianos en las calles, yo sé qué es la pobreza, yo sé qué es pasar por necesidades, ‘cachuelarse’ para sobrevivir; quizás todo esto me haga más digno y le dé un plus a mi carrera deportiva.

Eres hijo de Villa El Salvador…
Yo me siento el campeón de Villa El Salvador, pero también del Perú, y no lo digo por ufanarme sino porque, en todos lados, siento el cariño de la gente. Estoy muy identificado con el pueblo y siento que él se da cuenta del esfuerzo que le pongo y, por eso, me esfuerzo en darle alegrías.

¿Por quién peleas?
Cuando se empieza y se está solo, uno compite por uno mismo, por alcanzar algo importante, pero a estas alturas de mi carrera, cuando uno ya tiene responsabilidades pelea por la familia, por los hijos. Yo digo que el futuro de mis hijos lo he construido a golpes, peleando.

¿Ya te paga bien el boxeo?
Soy campeón del mundo hace un poco más de un año; eso ayuda a tener mejores ingresos, pero todo lo he logrado después de mucho esfuerzo, después de superar muchas dificultades. Empecé en el box en el 90 y, hasta el 2012, no siempre la pasé bien, pero nunca tiré la toalla.

¿Por qué persististe?
Porque algo dentro de mí me decía que iba a ser campeón mundial, y lo comprobé cuando, en 2002, estuve en EE.UU. y peleé con los mejores. Fue una pena que no haya podido labrarme un futuro allá, pero significó una tremenda lección de vida y una balanza de mis posibilidades en el box y, aunque el título se me dio diez años después, valió la pena persistir. Repito, me siento orgulloso, pero no por mi título mundial, sino por todo lo que he hecho en mi carrera.

Ahora apoyas a la Liga Peruana de Lucha Contra el Cáncer.
Así es. Conozco su trabajo y, cuando me invitaron, sentí que debía apoyarla. El cáncer es un serio problema de salud y lo mejor es prevenirlo o detectarlo a tiempo. Muchos son un tanto dejados en temas de salud, pero yo los invito a hacerse todos los años un despistaje, tanto hombres como mujeres. Nadie está libre del mal, pero se puede evitar que llegue a ser fatal. Mi familia no ha sido afectada directamente por este mal, pero sí he visto a varios amigos padecerlo y sé el dolor que trae consigo, no solo para quien lo sufre sino para su familia.

Te invitaron a la TV. ¿Serías parte de programas como Combate o Esto es guerra?
Me lo propusieron pero no acepté porque siento que no es mi espacio, que no me hallaría, que no me sentiría bien. No tengo nada en contra de quienes están allí, porque sé que es un trabajo, pero yo me dedico a entrenar y siento que en programas así perdería mi tiempo.

AUTOFICHA

- Crecí en Villa El Salvador. Soy hincha de Alianza Lima. Dentro de poco seré docente, profesor de Educación Física. Tengo dos hijos: una de 19 años, otro de 11.

- No estaría en programas como Combate, Esto es guerra, El valor de la verdad o El gran show… imagínate qué dirían mis alumnos (ríe).

- Mi hijo no practica el box, pero es bastante deportista; muere por el fútbol. Lo llevé a la escuela de fútbol de la ‘U’, pero quería usar la camiseta de Alianza (ríe).


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