Repartir las tareas del hogar

La familia es un equipo. Por tanto, es necesario establecer normas para lograr que funcione sanamente. En tal sentido, un aspecto que suele causar enfrentamientos consiste en la asignación de responsabilidades domésticas. En vista de que no es una tarea entendida como “divertida”, los hijos suelen renegar cada vez que les dicen que laven los platos o saquen la basura. Son actividades simples, pero vaya que pueden ser motivo de conflicto. ¿No es cierto?

¿Qué hacer al respecto? Lo primero: dejar en claro que estas labores no son sinónimo de diversión, sino un deber. “Si los hijos realizan tareas desde pequeños, aprenderán que es normal hacerlas”, apunta la psicóloga Rachael Silberman. Asimismo, considera que las tareas deben asignarse en función de la edad y de las habilidades del niño. No olvidar que la motivación es un recurso vital. En lugar de castigar, ¿no sería mejor ofrecerles estímulos si las hacen? Ojo, no estamos hablando necesariamente de regalos físicos, sino de actos como un abrazo o un simple: “Buen trabajo, lo hiciste muy bien”.

“No se puede vivir castigando ni amenazando a los hijos”, advierte Silberman. El afecto y el reconocimiento funcionan mejor que los regaños.