Eduardo Ferreyros,Al.Mercado
Hoy vemos las consecuencias: muertos por la libertad. Grande Panamá. Qué orgullo recibir el certificado de dignidad del matón de Maduro, quien rompió relaciones con este pequeño gran país por hacerle frente. La inútil OEA y Unasur (que se reúne mañana seguro para “invocar al diálogo”) están sirviendo a quien empuña las armas contra su pueblo, abandonando a los venezolanos a su suerte. Perú no puede seguir siendo cómplice con su silencio. Hay tiempo para que los países democráticos deslinden con el petróleo venezolano (u otras deudas) y renieguen de esa dictadura. Hay que dejar solo al tirano, no al pueblo.
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